Los primeros del Calderón


Foto: Jorge Santomé
En 37 visitas previas al Athletic Club Madrid, al Athletic Aviación Club y al Atlético de Madrid, el Celta sólo había sacado cuatro pírricos empates.

El resto, una treintena de derrotas que llevaba en la mochila el conjunto vigués, al mando del argentino Carlos Aimar, cuando el 2 de abril de 1995 visitaba el Vicente Calderón situado en puesto de promoción de descenso. Un triunfo claro (0-2) en dicho escenario en la jornada vigésimo séptima permitió a los célticos iniciar una buena recta final de competición que los dejó en una aparentemente cómoda décimo tercera plaza –una por delante de los colchoneros– al final de aquel sufrido curso.

Dos de los protagonistas de aquel partido trabajan diariamente con el primer equipo celeste en A Madroa hoy en día. Se trata de Vlado Gudelj, de aquella goleador –fue el tercer máximo anotador en Primera aquel año con 17 dianas, su mejor cifra en la máxima categoría– y ahora delegado, y de Patxi Villanueva, por entonces portero y ahora entrenador de los guardametas de la primera plantilla.

Ambos tienen fresco en la memoria aquel partido. De hecho, para Gudelj resulta especial no sólo porque marcó el segundo de los goles –'de falta, precisamente a Abel (Resino)', rememora Villanueva–, sino porque en esa visita a Madrid se plantó la semilla de la que sería y todavía es la Peña Gudelj. El ariete no dudó en acercarse a visitar a un niño enfermo en un hospital de la capital y ese chaval, junto con su hermano, no paró hasta ver creado el colectivo de apoyo al bosnio algo más de dos años después.

'Ese partido me trae muy buenos recuerdos primero por el tema de mi peña y porque siempre ganar en campos como el Vicente Calderón tiene más repercusión', asegura Gudelj. 'A raíz de ese partido, nació mi peña. Por eso lo llevo en el corazón', aclara. El delantero llama la atención sobre la trascendencia de un triunfo como aquel para 'un Celta humilde y trabajador, en el que peleábamos por no descender'. Y todo enmarcado en una temporada especial para él, ya que marcar 17 goles en Primera División 'son palabras mayores. Son muchos'.

Del Calderón, cómo no, resalta su ambiente especial. 'Todo lo que es jugar en Barcelona, en el Bernabéu o en el Calderón, tiene un añadido. Te sube un poco más la adrenalina al salir al campo', reseña.

Si Gudelj era la punta de lanza de aquel Celta en la temporada 94/95, la portería estuvo resguardada la mayor parte de la temporada por Patxi Villanueva. Con la memoria muy fresca, el meta apunta que 'el Atlético, en esos momentos, tampoco estaba demasiado bien. Fácil no fue pero, por lo que recuerdo, tuve poca actuación. El equipo hizo un buen trabajo y fue una victoria básica porque eran dos puntos muy importantes'.

El hecho de llegar al Vicente Calderón, rememora el navarro, sin haber ganado nunca allí no preocupaba en absoluto a aquel vestuario. 'Cuando vas a estos campos no piensas en si has ganado allí o no. Piensas en que eran puntos importantes porque estábamos mal', insiste. Aquella fue, en cuanto a números, la mejor temporada de Villanueva, ya que jugó 27 partidos en Primera: 'Empecé de suplente porque se había marchado Cañizares y trajeron cedido a Cano. Tuvo la mala suerte de lesionarse, entré y jugué no sé si 27 partidos seguidos'.

En cualquier caso, el ahora preparador de porteros sabe lo que es vivir un ambiente 'impresionante. Ya al salir a calentar se les escucha y la presión que meten es importante. Una afición de diez'.

Aún así, apoyándose en su recuerdo y a pesar de reconocer la enorme dificultad, anima al equipo de cara al domingo: 'En estos campos que son difíciles, ganar te da una moral impresionante. Y a eso vamos'.

Santi Alonso / Atlántico Diario

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