La derrota del lunes contra el Levante (0-1) ha sumido al Celta en una situación preocupante. Quedan 29 jornadas por delante y la zona de permanencia está a un solo punto de distancia, pero los números del equipo en este inicio de campeonato son significativos.
Una sola victoria en nueve jornadas, siete partidos consecutivos sin ganar, cuatro derrotas seguidas, un gol en los cinco últimos partidos, cinco encuentros sin ganar en Balaídos... Números preocupantes por sí solos pero que adquieren mayor relevancia desde una perspectiva histórica. Y es que el inicio de Liga protagonizado por los pupilos de Luis Enrique Martínez es el peor del Celta en setenta años y el segundo peor de toda su historia, sólo superado por los registros que el equipo que por aquel entonces entrenaba Albéniz firmó en la temporada 1943/44.
El Celta ha sumado seis puntos en las nueve primeras jornadas del campeonato, lo que le ha llevado a la penúltima posición de la tabla clasificatoria, sólo por delante de un Almería que todavía no conoce la victoria y acumula tres puntos fruto de otros tantos empates. Ni siquiera en la reciente y oscura etapa en Segunda División, en la que el equipo vigués protagonizó varios inicios negativos, el casillero celeste eran tan bajo tras nueve jornadas. Así, en la temporada 2008/09 el Celta de Pepe Murcia sumaba 8 puntos a estas alturas, los mismos que un año más tarde tenía el conjunto dirigido por Eusebio Sacristán.
Hay que remontarse un cuarto de siglo para encontrar un inicio de Liga tan negativo como el actual. En la temporada 1978/79, el equipo dirigido por el cántabro Laureano Ruiz era colista en la novena jornada con una victoria, tres empates y cinco derrotas en su haber, exactamente igual que en la actualidad. El único triunfo entonces había llegado en la tercera jornada (1-0 sobre la Real Sociedad con gol del gaditano Mori, máximo realizador de aquella escuadra). Posteriormente, el Celta firmó tablas, siempre en Balaídos, contra el Sevilla (1-1), el Valencia (0-0) y el Real Madrid (2-2) de Del Bosque, Juanito, Santillana, Stielike, Pirri y compañía, que sería campeón de Liga ese año con Luis Molowny en el banquillo. Aquel Celta que a estas alturas sumaba 5 puntos –por las victorias se otorgaban 2 y no 3– acabó descendiendo a Segunda y, un año más tarde, a Segunda B en una de las peores etapas de la historia del club vigués.
Hoy, el Celta acumula 6 puntos, 5 de ellos sumados en las tres primeras jornadas con los empates contra el Espanyol (2-2) y el Granada (1-1) y la victoria en el campo del Betis (1-2). A partir de ahí, el equipo de Luis Enrique únicamente fue capaz de sumar ante el Villarreal (0-0) en Balaídos, después de caer en Bilbao (3-2) y antes de enlazar cuatro derrotas seguidas contra Getafe (2-0), Elche (0-1), Atlético (2-1) y Levante (0-1).
Especialmente preocupante está siendo el rendimiento del equipo como local y la historia da fe de ello. No en vano, el Celta nunca había saldado sus cinco primeros encuentros en casa sin ninguna victoria. Hasta ahora. Tras los citados empates ante el Espanyol y el Granada en la primera y en la tercera jornada –cierto es que en ambos casos el Celta mereció más–, la escuadra olívica sumó una afortunada igualada contra el Villarreal y perdió por la mínima ante el Elche y, este lunes, el Levante.
Una victoria, tres empates y cinco derrotas, pues, que convierten al Celta actual en el peor en setenta años y el segundo peor de la historia, sólo por detrás del equipo de la temporada 1943/44. Entonces, con Albéniz como entrenador, el conjunto celeste era colista tras la novena jornada con un balance de un solo triunfo (1-0 al Real Madrid en la séptima semana de competición), dos empates ante Castellón (2-2) y Espanyol (1-1) y derrotas tan abultadas como el 7-0 del partido inaugural en el campo del Atlético Aviación (hoy Atlético de Madrid), el 0-5 ante el Oviedo, el 4-0 en el feudo del Sabadell y el 5-1 encajado en Bilbao. Aquel Celta, en el que debutaba el histórico Manuel Fernández 'Pahíño', descendió a Segunda a final de temporada, tal y como sucedió hace 25 años, tras el mencionado pésimo inicio de la campaña 1978/79. El objetivo del equipo de Luis Enrique, que ya empieza a estar cuestionado, será evitar ese destino que los números, por historia, le deparan. La estadística, dicen, está para romperla.
Borja Barreira / Atlántico Diario
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