El preocupante estado del césped de La Rosaleda


El Celta se encontrará en Málaga con un problema añadido a los que ya tiene,  aunque no debe servir de excusa, ya que su rival también lo padecerá. Preocupa, y mucho, en Málaga el estado del césped de La Rosaleda, un problema que viene arrastrando el Coliseo andaluz desde hace unos años, pero que se ha agravado en los últimos meses. Ya en el partido de la pasada temporada, disputado entre los mismos protagonistas en el mes de enero, se apreció un césped inestable, que se levantaba con facilidad y en el que los futbolistas tenían serios problemas para mantener la verticalidad. 

Por lo visto en las primeras jornadas del campeonato, la situación no ha mejorado en exceso. Incluso Schuster, el técnico blanquiazul, bromeó en alguna ocasión señalando que el horario nocturno era ideal para que no viese como estaba el campo. Tuve la ocasión de visitar hace unos tres años el Estadio de La Rosaleda. Un empleado del club me comentó la obsesión que tenía la entidad por el cuidado de la hierba, principalmente el jeque, por entonces recién llegado. El Málaga fichó a Benito Mateo, jardinero del Mallorca, y que pasaba por ser uno de los más prestigiosos de España. 

Pero cuando el flujo de dinero por parte del jeque comenzó a palidecer, no solo dejaron de llegar a Málaga los fichajes rutilantes, sino que incluso los jardineros tenían mejores ofertas. A Benito Mateo se lo llevó el Valencia para cuidar de Mestalla, justo en el momento en el que un hongo se apoderaba del césped de La Rosaleda obligando a una nueva siembra. Desde entonces nada es lo mismo. El verde malacitano presenta un estado muy pobre, algo que se evidenció en el último partido ante Osasuna, y desde entonces los operarios del club han trabajo a destajo para que llegue en buenas condiciones para el choque del Celta. No solo para preservar el espectáculo, sino también para evitar lesiones innecesarias. 

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