Un fallo en uno de los motores del avión que debía traer de vuelta al Levante, tras el partido de liga disputado este lunes frente al Celta de Vigo, obliga a la expedición a pernoctar forzosamente en la capital viguesa. La plantilla, cuerpo técnico, directiva, prensa y aficionados se alojaron en el mismo hotel donde estuvieron concentrados a lo largo del día.
El aparato, un CRJ200, tuvo un fallo en uno de sus dos motores, que se negó a arrancar cuando la expedición estaba ya en la terminal a punto de embarcar. Todos los intentos por parte de los tripulantes de ponerlo en marcha, hasta siete, fracasaron. Ante la imposibilidad de que un nuevo avión llegara desde Valencia a tiempo en la noche del partido, el club tomó la decisión de que todos se quedaran a dormir en Vigo y partieron a las diez y media de la mañana del martes.
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