Santi Mina logró ayer un valioso hat-trick con la selección Sub-19. Es el primer triplete que consigue con la selección española, y como premio, además del Trofeo amistoso que ganó su equipo, se trajo para casa el tradicional balón firmado por el resto de sus compañeros, del que presumía en su cuenta de Twitter. Será el primero de muchos, pero pocos tendrán el sabor de este, el sabor del primero.
Ese balón es la antesala de lo que Santi Mina dará al fútbol en el futuro, de lo que dará al Celta si decide quedarse en Vigo el tiempo suficiente. Ofertas no le faltarán y le llegarán muy pronto. En los últimos años hemos visto como, cada vez más pronto, los grandes clubes europeos lanzan sus redes sobre los canteranos de A Madroa. Joselu, Rodrigo o Denis Suárez, son algunos de los ejemplos de futbolistas que se marcharon de Vigo, en algunos casos sin debutar con el primer equipo.
La nueva camada viene liderada por Santi Mina y Rubén Blanco. El meta llama poderosamente la atención de varios clubes, entre ellos el Manchester City, que ha mostrado su interés en varias ocasiones, y en Santi Mina ya han posado sus ojos varios equipos. Este hat-trick pasará desapercibido para el gran público por ser logrado en un torneo amistoso menor, pero no tanto para los ojeadores y cazatalentos del fútbol europeo. Tampoco para los técnicos de las categorías inferiores, que ya no borrarán su nombre de la agenda. Su condición de futbolista de Primera División le convierte en un claro objeto de deseo para muchos clubes, pero el Celta tiene claro que ni necesita ni quiere vender.
Antes de marcharse le toca disfrutar muchas tardes como la de ayer en Balaídos, con balones firmados por sus compañeros del Celta. Este será el primero de muchos en la élite, porque para Santi Mina eso de marcar tres goles en un partido no es nada nuevo.
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