Dicen que en fútbol, como en otros ámbitos de la vida, la experiencia es un grado. El presente se vive de una manera diferente cuando hay huellas del pasado que te sirven de referencia. Quizás por eso Gustavo Cabral no desespera pese a haber perdido la titularidad en favor del imberbe David Costas, que a sus 18 años se ha convertido en un fijo en el esquema de Luis Enrique. El central argentino, que con las 28 'primaveras' que cumple mañana es ya uno de los veteranos del joven plantel celeste, sabe lo que es lidiar con una larga suplencia. La sufrió, por ejemplo, cuando aterrizó en España para incorporarse a la disciplina del Levante, próximo rival del Celta, en la temporada 2011/12. Cabral no jugó como titular en Liga hasta la segunda vuelta y, en cambio, acabó siendo indiscutible para Juan Ignacio Martínez. Ahora, sobrelleva una situación similar con la mejor de las sonrisas mientras recuerda con un 'cariño especial' su paso por el conjunto valenciano.
'Uno se dedica a trabajar y esperar una oportunidad, como me tocó cuando llegué al Levante, donde tuve que esperar seis meses para poder jugar. La única clave es seguir entrenando para estar al cien por cien y tratar de responder al míster en el momento en que te toque y ofrecer una solución al equipo', señala el argentino, titular en las dos primeras jornadas –ante Espanyol y Betis– y que después perdió el puesto que recuperó de manera puntual merced a la revolución de Luis Enrique en Getafe.
Pero Cabral, un tipo afable como pocos en un mundo lleno de rarezas, mira al futuro con optimismo y espera volver a jugar cuanto antes, si es posible el próximo lunes día 21 ante sus ex. 'El Levante fue mi primer equipo en España y le guardo un cariño especial por muchas cosas. Viví situaciones muy lindas y la gente que está ahí se portó muy bien conmigo. Ojalá pueda jugar el partido y, también, ganarlo', señala el argentino, que tras clasificarse para disputar la Liga Europa no llegó a un acuerdo para renovar con el club valenciano por esos flecos que en ocasiones no acaban de peinarse. 'La afición quedó un poco enojada porque no se pudo llegar a un acuerdo con el Levante. Estuvo a punto de arreglarse, pero al final hubo un par de trabas por las que no se pudo cerrar y el interés del Celta hizo que viniese para aquí. La afición, más que nada, quedó un poco dolida, pero tengo buena relación tanto con la gente del club como por los pocos compañeros que siguen', asegura el ahora zaguero celeste, que se reencontrará con un Levante bastante diferente al que dejó hace apenas año y medio.
Y es que la polémica desatada el curso pasado tras el partido entre el conjunto azulgrana y el Deportivo –en el que, según Barkero, algunos de sus compañeros se dejaron perder– costó la continuidad en el club de piezas tan fundamentales en el vestuario como el capitán Sergio Ballesteros. 'Se han ido futbolistas importantes como Ballesteros, Munúa, Juanlu..., que jugaron conmigo, y han llegado otros nuevos y también un cuerpo técnico diferente, así que quedan ya pocos de mi etapa', explica Gustavo Cabral.
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