Un punto con sabor a triunfo


El Celta sumó su tercer empate consecutivo en casa. Esta vez dejó peor imagen ante un rival más potente que Espanyol y Granada, pero se fue con la sensación de haber ganado un punto importante, cuando en ocasiones precedentes dio la impresión de que se había dejado dos por el camino. Yoel fue ayer el culpable de la igualada. El portero arregló con pies y manos los desajustes defensivos de los célticos, que estuvieron desaparecidos en ataque. Un disparo -Toni a los cinco minutos- entre los tres palos de la portería de Asenjo fue el balance ofensivo del equipo de Luis Enrique, que en esta ocasión decidió cambiar de director de orquesta: Fontás por Oubiña.

Oubiña suplente

Con este cambio de piezas en el pivote no mejoró la mecánica del juego que tanto mima el técnico asturiano. Fontás parece mejor defensa cuando juega de mediocentro, donde le falta mover la pelota con más velocidad y profundidad. Luis Enrique sí consiguió que su equipo mantuviese por primera vez en la temporada la portería a cero ante un submarino amarillo que venía de tutear al Real Madrid de Cristiano Ronaldo, Isco y Bale. Casi nada. Ayer fue el Celta quien le paró los pies al conjunto castellonense, con mucha dosis de fortuna.

Balaídos se resiste

No cabe duda, visto el partido: al Villarreal se le atraganta Balaídos. Nunca ha ganado en Vigo el equipo castellonense, que suma su segundo empate en las ocho visitas que le ha dispensado al Celta. Puso el juego y las ocasiones, pero por la ineficacia de sus jugadores en el remate o por aciertos de la zaga y el portero célticos se vio incapaz de marcar un gol. El vigués Jonathan Pereira fue el que más ocasiones tuvo para superar a Yoel, que estuvo colosal con el pie en el remate a bocajarro de Aquino.

Cambios fallidos

En la búsqueda del once ideal, Luis Enrique también apostó de cara por el juvenil Santi Mina, en detrimento de Nolito, y mandó a la banda derecha a Rafinha para dejar en el centro del campo a Augusto, junto a Álex López. Un galimatías. No funcionaron estas propuestas. Es más, tras el descanso, el técnico mandó al argentino a su costado natural y situó a Rafinha en la medular, por la izquierda, donde Nolito apareció como primer revulsivo en la segunda parte para buscarle las cosquillas a la imperial zaga amarilla.

Juego previsible

Sin olvidar la calidad del Villarreal, el Celta nada tuvo que ver ayer con el que dominó al Espanyol y al Granada. Las altas temperaturas que se registraron en el césped de Balaídos a las cinco de la tarde tampoco ayudaron a que la maquinaría celeste pudiese moverse con más celeridad, por lo que su juego fue demasiado previsible para el Villarreal, que buscó la espalda de una defensa casi juvenil, en la que Toni volvió a ejercer de veterano, con 23 años. Costas y Aurtenetxe se consolidan como pareja de centrales. Ahora llegan las rotaciones, para el jueves contra el Getafe y el domingo que viene, de nuevo en Balaídos, ante el Elche. Esos sí son rivales que están en el mismo escalón que el Celta, que sumó un valioso punto ayer.

Javier Conde / Faro de Vigo

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