El Celta acaba una semana maratoniana con tres partidos atascado y ahogado en un mar de dudas. Ante el Elche, sumó su quinto partido consecutivo sin ganar y su primera derrota en el estadio de Balaídos tras tres empates. Las buenas sensaciones que había dejado el arranque liguero han desaparecido y los de Luis Enrique se encuentran estancados y faltos de argumentos de los que tirar para dar un vuelco a la situación. Ante los ilicitanos, los célticos tardaron en entrar en el partido y, salvo algún chispazo aislado, no metieron algo de miedo a su rival hasta que se vieron por detrás en el marcador, una reacción tardía que no fue suficiente y que lleva al Celta a haber sumado dos puntos de quince posibles desde su única victoria del año.
Once habitual
Tras el fallido experimento de Getafe, Luis Enrique recuperó su once habitual, con David Costas consolidado. El de Chapela, Rafinha y Yoel son los únicos que han salido de cara en los últimos tres partidos, fuera del plan de rotaciones. El técnico asturiano intentaba con este regreso a su once tipo recuperar los automatismos que el equipo había tenido en los primeros partidos de temporada, algo que no sucedió.
Encasillados
Los rivales parecen haberle cogido el truco al Celta. El sistema que está intentando imprimir Luis Enrique para que el equipo salga con el balón jugado desde atrás, con los centrales abiertos y Oubiña retrasando su posición no termina de dar los resultados esperados. El Elche, con dos delanteros abiertos, dejaba a Yoel sacar en corto hacia los zagueros, especialmente Costas, para automáticamente estar encima de ellos y que la única solución fuera enviar balones largos, al existir mucha distancia entre líneas con Álex López y Rafinha en dificultades para enlazar entre defensa y delantera.
Centros fallidos
Tanto Toni como Hugo Mallo no pararon de subir durante los noventa minutos, especialmente el coruñés. El Celta sigue buscando mucho las bandas para finalizar las jugadas con un centro lateral, una situación a la que los vigueses no están sacando rédito alguno, en la mayoría de casos por deficiencias en los envíos y en otros por el escaso poder rematador, ya que a diferencia de las primeras jornadas, el conjunto vigués ha perdido presencia ofensiva, llegando con menos efectivos desde la segunda línea al corazón del área.
Sequía preocupante
Desde que Santi Mina batiese a Herrerín en Bilbao en el minuto 79, el Celta se ha quedado "seco". Son ya 300 minutos sin ver puerta, circunstancia que enlaza con el problema de los olívicos para generar ocasiones. Ante Villarreal, Getafe y Elche, los porteros rivales han tenido que intervenir con claridad apenas en un par de ocasiones.
Amor propio y mala suerte
Tras el gol del Elche en una contra de manual y con casi media hora por delante, el conjunto vigués tiró de orgullo revitalizado por la entrada en el campo de Krohn-Dehli y especialmente de Santi Mina, que no paró de ofrecerse a sus compañeros y de ser incisivo partiendo desde la banda izquierda. El canterano incluso colocó el balón en el fondo de las mallas con un cabezazo certero tras una asistencia del danés pero el juez de línea, equivocadamente, anuló el tanto por fuera de juego.
Panorama complicado
A tres puntos del descenso, el panorama se complica ahora para el Celta, que visitará al Atlético de Madrid, que ha hecho pleno de victorias. Después, tras el parón, espera un calendario difícil, con partidos ante Levante, Málaga, Barcelona y Sevilla.
Pablo Galán / Faro de Vigo
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