Túñez, de nuevo a remar contracorriente


Foto: Marta G. Brea
La carrera de Andrés Túñez en el Celta parece dirigida por algún escritor aficionado al mayor de los dramas seguidos de las más grandes alegrías. El de Bertamirans, aunque nacido en Venezuela, sabe lo que es probar la mayoría de los sinsabores del fútbol desde que llegó a la cantera del Celta. Porque ya muy pronto, cuando logra hacerse con un puesto titular en el filial, le llega el primer gran revés de su carrera.

Ocurrió en un encuentro de Segunda B frente al Lugo en el estadio Ángel Carro. El central se tira a ras de cesped para evitar un gol cantado, hecho que consigue, pero el impulso le lleva a golpear violentamente contra el poste. Se destroza la rodilla. Tras varios meses de lucha en solitario, a la temporada siguiente, vuelve de nuevo a ser titular en el Celta B.

Con la llegada de Eusebio le llega la oportunidad para el primer equipo en Copa. En unos pocos meses logra la titularidad tambien en Liga y se convierte en el central con más futuro del equipo. Sin embargo, Paco Herrera lo lleva al ostracismo. Un primer partido liguero que se pierde, la buena actuación de su sustituto y una mala relación con el entrenador le llevan a ver los partidos desde la grada. En enero estuvo pensando seriamente estudiar las buenas ofertas que le llegaban del extranjero.

Sólo la mala racha de resultados lo devuelven al once. Un espejismo de unas semanas, en el partido clave en Granada vuelve a la suplencia. Un partido por el que había tenido que renunciar a ir por primera vez con la selección de Venezuela. Y así continua al verano siguiente, donde incluso plantea ofertas a entrenador y directiva para marcharse. El club se niega. Otra mala racha de resultados y Herrera vuelve a fijarse en él. Ya no se perdió durante cuatro meses, y formó con Oier la defensa del ascenso. Paco no volvió a retirarle la confianza más.

Pero el que se fue de forma abrupta fue el propio Herrera. Llega Abel Resino, y aunque comienza dándole su confianza, tras el derbi de Riazor lo envía al banquillo. Fueron sólo dos partidos ya que el toledano no tardó tanto en darse cuenta en que aquel chaval internacional ya con Venezuela era el mejor central de la plantilla.

Y en estas nos encontramos cuando Luis Enrique cae en el mismo agujero de sus antecesores. No le gusta Andrés. Le ha invitado a buscarse equipo y pide al club que el busque sustituto. De nuevo, otra vez, a remar contra el poder establecido para encontrar su sitio. Esta ocasión parece la más difícil.

0 comments:

Publicar un comentario