La pretemporada es una mentira


Foto: Marta Grande
Estilo de toque en la frontal del área y que generó peligro principalmente cuando el danés Krohn-Dehli era el encargado de sacar el lápiz para dibujar la trayectoria que pudiera descomponer la defensa catalana. Si en muchos momentos el Celta pecó de escasa salida del balón desde la retaguardia, las luces se encendían al llegar a la pareja de interiores, especialmente al danés, y a Charles, un jugador de enormes recursos técnicos, que se le presumían, y tácticos, que siempre sorprenden. En las primeras llegadas célticas ya se intuía que el peligro para Kiko Casilla llegaría en una acción de desequilibrio en tres cuartos de campo y culminación eficiente. Krohn realizó la jugada y trazó el pase en parábola para la llegada de su compañero de demarcación. En el segundo gol, volvió a dar el pase el danés y también se incorporó el de Ferrol, sólo que esta vez para generar desequilibrio y lo aprovechó la cabeza del inteligente Charles. Es decir, el ataque funcionó pero los problemas llegaron en defensa. Al revés de la pretemporada.


NOLITO, A LA ESPERA
El Celta juega con dos extremos, en teoría, muy abiertos, pero lo cierto es que uno espera y el otro participa. Nolito hace la función de jugador clásico de esta posición y allá arriba, en su parcela espera la llegada del balón para intentar desequilibrar. Sabe que es su principal virtud y también su misión. Augusto Fernández realiza el papel antagónico, el de jugador de banda que participa y busca el balón en el inicio y en la elaboración de la jugada. Eso que llama Luis Enrique perfiles, es evidente que sus extremos los tienen diferenciados. 


PRESIÓN BAJA
Más que por intensidad, por altura, pero lo cierto es que la presión adelantada que se le presumiría a un técnico de la escuela del Barcelona como Luis Enrique estuvo muy lejos de producirse. El combinado vigués esperaba en su campo al Espanyol y ahí comenzaba a apretar. Con carencias, por el evidente perfil ofensivo de los jugadores vigueses, pero con suficiencia, que es lo importante. 


SALIDA DEFICIENTE
Parece claro que con la defensa de cinco o de cuatro el manual de Luis Enrique para iniciar el juego es adelantar a los lateral hasta la línea de medios e iniciar con tres jugadores. Con línea de cuatro como ayer, cae Borja, aunque lo cierto es que el equipo se muestra torpe en esta situación. Más que ganar salida por los costados se pierde la función de pivote en el medio mientras los centrales observan. Muchas veces, el recurso es patada de Yoel. Hay que mejorar en este aspecto y Borja debe seleccionar cuándo meterse entre los centrales y cuándo no. Cuestión de minutos.


EL FACTOR RAFINHA
Se le esperaba en el once inicial y entró para sustituir a un desdibujado Nolito. Probablemente, el mejor en pretemporada y el menos acertado ayer. El hijo de Mazinho demostró talento y también que la banda no es su campo de actuación. Se metió por el medio de forma constante y creó mucho peligro. Su entrada pudo sentenciar el partido pero también ayudó, con el caos que generó, a la igualada.


DEFENSA MEJORABLE
Era un examen para Toni y se manejó al borde del aprobado. Su actuación estuvo lejos de ser perfecta pero tampoco fue calamitosa. En parte, se vio empobrecida porque Fontás, el central cercano a su posición, también mostró carencias y éstas son menos justificables. El Espanyol sabía de esta debilidad y la intentó explotar desde el inicio. Lo conseguiría en el tramo final. Una pena.

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