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Manuel Jesús Marcelino, ayer en la sala de prensa del estadio de Balaídos. // Salva Sas |
Manuel Jesús Marcelino lleva el celtismo en las venas. Cada año desde que tiene memoria este ciudadano alemán de ascendencia gallega -su padre es de Arbo y su madre de Vigo- cubre dos mil kilómetros para pasar unos días en Vigo con sus familiares gallegos y asistir al primer partido del Celta en Balaídos. Nunca ha fallado a la cita.
El virus del celtismo se lo inoculó su padre y le corre con fuerza por las venas. "Sigo al Celta desde que tengo uso de razón, lo he heredado de mi padre. Al principio veníamos juntos desde Alemania a ver los partidos, pero él ahora ya no va al campo porque se altera demasiado. No tiene paciencia", comenta Manuel, de 31 años, recién llegado a Vigo.
Cada año, religiosamente, cumple con el mismo rito: "Miro el calendario de la Liga, hablo con mi jefe y me cojo tres semanas de vacaciones, de manera que siempre pueda asistir al primera partido de Liga". Manuel reside en St. Georgen, un pequeño pueblo a cien kilómetros de Stuttgart, en el suroeste de Alemania. "Normalmente acabo de trabajar el viernes, me ducho, cojo el coche y tiro directamente para Vigo", explica.
Antes de cumplir la mayoría de edad viajaba acompañado de su padre, pero hace ya trece o catorce años que viaja solo. "Vengo desde que me saqué el carné de conducir con 18 años, siempre para el primer partido de Liga y si puedo también para los trofeos de verano", añade Manuel, cuya camiseta luce la leyenda "Sempre Celta" y el número 12 "que es el que identifica a la afición en Alemania".
Manuel Jesús Marcelino se muestra ilusionado con la temporada que empieza el próximo lunes. "Espero no sufrir tanto, con que acabemos un puesto más arriba y nos quedemos en Primera me conformo", apunta el hincha, que se confiesa un gran admirador de Iago Aspas. "Me da mucha pena que se haya marchado Iago, aunque lo entiendo", dice. Y agrega sobre la actual pretemporada: "No me ha gustado mucho. Vi el partido contra el Gijón y parecía que jugábamos sin cabeza".
Del pasado curso, se queda, como todos los celtistas, con el último partido de Liga. "De lo del año pasado mejor ni hablar, pero cuando le ganaron al Espanyol y bajó el Deportivo fue increíble. Lo vi en Alemania con otros dos amigos celtistas, fue la hostia, estuve de juerga toda la noche", comenta Marcelino, que se confiesa "muy de Paco Herrera". "Abel no me gustaba mucho, me resultaba antipático". Sobre actual técnico, Luis Enrique, dice: "Hay que darle un poco de margen, dejarle hacer su trabajo".
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