Las incógnitas del Celta B


Fotógrafo: LOF
El sábado, el Celta B ponía fin a una exitosa campaña cumpliendo el objetivo marcado al principio de la temporada: El ascenso. Pese a la relativa facilidad con la que se han ido superando las eliminatorias (no ha perdido ningún partido, aunque es cierto que el último choque se les hizo un poco largo), la temporada ha sido dura e intensa. Partía como uno de los máximos favoritos junto con el resto de conjuntos que coparon las cinco primeras posiciones: Racing de Ferrol, Compostela, Fabril y Pontevedra. Y, aunque la idea era luchar por el primer puesto, se encontró con un equipo inalcanzable. Los 97 puntos del cuadro ferrolano (mejor equipo de la historia del grupo gallego de Tercera División) es algo que se tardará mucho en volver a repetir. Quizás por ello, este ascenso haya tenido más mérito. Porque los competidores del Celta B eran escuadras con una masa social propia de divisiones superiores, históricamente acostumbradas a competir en divisiones superiores a la actual.

Pero, una vez alcanzada la meta y finalizada la campaña, es hora de planificar la siguiente. Para ello, hay que analizar la continuidad de algunos de sus hombres. El Celta B es un filial. Y la finalidad de un filial no es otra que la formación de jugadores con el objetivo de que algún día formen parte del primer equipo, o como mínimo que puedan ayudar llegado el momento. ¿Todos los jugadores del B están capacitados o lo estarán en algún momento para subir a jugar con los mayores? Pues lo más lógico sería que no. Y, teniendo en cuenta que algunos ya han alcanzado una edad más que considerable para un filial, habría que pensar en darle algún tipo de salida para que otro jugador con más proyección ocupe su lugar. Sobre todo por la nueva normativa de la RFEF. ¿Estoy diciendo con esto que, por ejemplo, todos los mayores de 22 años deben irse? Por supuesto que no. Por ello, vamos a analizar cada caso de manera individual, como corresponde.

Víctor Vázquez Rosales, "Churre". Empezamos por el capitán. 23 años (17/10/1989). Central corpulento, contundente tanto por alto como por bajo. Correoso, y siempre difícil de superar. Ha completado un gran año y ha sido el mejor defensor de la temporada. Pero no le ha servido para contar lo más mínimo para los entrenadores (Paco y Abel) de la primera plantilla. Se ha pensado antes en un central reconvertido (Antón de Vicente), que en él para una solución de urgencia. Obviando la nueva normativa que impide alternar el primer equipo con el filial a los mayores de 23 años, parece obvio que el central de Marín no tiene futuro en el primer equipo. A su favor juega que haya estado en el club desde juveniles y lleve tanto tiempo en el B. En Segunda B no desentonaría. Y nunca está de más tener gente con jerarquía que sepa como funciona la cantera y que pueda ayudar y aconsejar a los que van subiendo. Otra cosa es que él esté dispuesto a asumir ese rol.

Sergio Maestre García. Seguimos por su habitual compañero en el eje de la zaga. 22 años (18/11/1990). Central contundente y con una salida más que decente de balón. Puede jugar en el centro del campo. Titular durante toda la temporada, perdió el puesto sin motivo aparente en la segunda ronda del play-off en detrimento de David Costas. Si la idea es la de darle protagonismo a David Costas y a David Goldar y mantener a Churre, lo normal sería que no siguiese. Méritos ha hecho para continuar. Su gran problema es que los dos juveniles no están llamando a la puerta, la están tirando a cabezazos.

Diego Maceira. Único lateral izquierdo de la plantilla. 23 años (24/03/1990). Jugador con un gran golpeo del balón. Ha sumado un número importante de asistencias este año. Tanto en centros desde el costado zurdo como a balón parado. Defensivamente, aprobado raspado esta temporada. Tiene algunos fallos de concentración que le lastran mucho. Con la renovación de Bellvís y la supuesta incorporación de otro lateral izquierdo no parece tener sitio más arriba. Sin embargo, teniendo en cuenta que no hay otro lateral zurdo en el B (aunque imagino que Samuel subirá el año que viene) y que habrá que ver qué pasa con Bellvís el verano siguiente, creo que habría que mantenerlo al menos hasta entonces.

Antón de Vicente Adrio. Mediocentro en el B, central o lateral del primer equipo. 23 años (23/08/1989). Muy curioso el caso de Antón. Centrocampista indiscutible en el filial al lado de Levy Madinda. Pero tanto Herrera como Abel Resino pensaban en él como central o lateral, puestos que ha desempeñado puntualmente en el Coruxo y en el Celta B. Tiene un buen pase en largo y marca bien el ritmo del partido. Además, es inteligente tácticamente y tiene un disparo de media distancia cuanto menos interesante. Sus problemas son la edad y la competitividad. En Agosto cumplirá 24 años. Es decir, no podría alternar al A con el B. No sé si está dispuesto a seguir en Segunda B ni si desde el club se confía en él. Pero todo apunta a que o sube, o se marcha.

Rubén Martínez Granja. Mediapunta, aunque puede actuar por ambas bandas. 23 años (08/12/1989). Buena temporada del menorquín, que ha sido titular habitual por detrás del punta, y ha anotado un número considerable de goles. El año pasado una lesión le impidió jugar gran parte de la temporada, pero se ha podido desquitar en esta. Aún así, a pesar de ser una parte importante, no parece tener futuro en el primer equipo. Tiene una edad considerable, muchísima competencia y no ha destacado tantísimo en Tercera como para creer que vayan a pensar en él para el año que viene. Porque, como le pasa a Antón, Churre y David Añón, o sigue en el filial o sube a la primera plantilla. Por edad no podría andar subiendo y bajando.

Félix Rial Veiga. Delantero que puede jugar por ambas bandas. 23 años (25/05/1990). Tercer máximo goleador del equipo a pesar de no ser un titular indiscutible. Creció el año pasado en el Alondras, y lo ha demostrado esta campaña. Sin embargo, con 23 años ni siquiera es indiscutible en el filial. Aunque es cierto que ha jugado casi siempre por la banda, desplazado de su posición natural. No es descartable que continúe un año más si en los juveniles no hay nada mejor, pero a priori no parece tener futuro en el club.

David Añón González. El extremo que se convirtió en goleador. 24 años (30/04/1989). El gran refuerzo de esta temporada. En teoría venía como un ariete que puede jugar en la línea de tres medias puntas. Pichi Lucas lo situó en la banda, generalmente a pierna cambiada, y se acopló muy bien al equipo. Tanto, que acabó igualando a Camochu como máximo goleador con 15 goles. El mejor atacante de la temporada, aunque de nuevo la edad juega en su contra. Habría que esperar a ver como se desenvuelve en una categoría superior. Deberían contrar con él para la próxima temporada, y después decidir qué hacer. Aunque no tiene pinta de llegar a Primera División, quizás se convierta en un válido jugador de Segunda.

Javier López Iglesias, "Camochu". El 9 del equipo, un delantero de área. 24 años (13/04/1989). Igualado a goles con David Añón. Comenzó bien la temporada, pero al final sus números se estancaron en parte por la aparición de Santi Mina. Típico delantero de área. Rematador, goleador de área. En los últimos partidos trató de caer a banda y combinar y no lo hizo mal. Pero no fue esa su función a lo largo de la temporada. De técnica algo limitada, compensa esta carencia con el esfuerzo y sobre todo con un interesante olfato goleador. No tiene ningún futuro en el equipo. Santi Mina, Benja e incluso Thaylor deberían estar por delante de él.

Omito a Moreira (23 años), Juanma Torres (23 años) o Benja (22 años) por la falta de minutos este año. El que más me gusta de los tres es el último, que tiene clase y mucha técnica. Además, por sus características podría tener un papel importante en el equipo. Le gusta asociarse y debería continuar en Segunda B.

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