La decisión que lo cambió todo


Plantilla del Ureca -hoy ED Val Miñor- en la temporada 2005/2006. Rafinha, en la fila de abajo, el segundo por la derecha / ED Val Miñor

Rafael Alcántara do Nascimento, conocido como Rafinha, regresa a su casa. El hijo mediano de Mazinho hace el camino inverso al que realizó en 2006, cuando ingresó en La Masía. Aquel chaval que se fue a los 13 años de Vigo vuelve como un futbolista profesional para enrolarse en su primera aventura como jugador de un equipo de Primera División tras una progresión que los que le conocían en sus inicios ya auguraban. El ADN pesa mucho en este caso y Rafinha va camino de seguir los pasos de su padre y de su hermano.

Al igual que Thiago, Rafinha dio sus primeros pasos como futbolista en el Ureca aunque con un inicio un tanto curioso que pudo haber cambiado para siempre su vida. En edad alevín, el mediano de los Alcántara era portero y así jugó sus primeros meses en el conjunto de Nigrán, en el que estuvo tres años. "Era muy bueno e incluso llegó a la selección de Vigo, le gustaba jugar de portero", señala Javier Lago, uno de sus entrenadores en Ureca; "podría haber hecho carrera porque tenía condiciones", relata el primero de sus entrenadores en Ureca, Alejandro Villar.

Sin embargo, las tremendas condiciones técnicas que poseía le hicieron cambiar de posición y lanzarse hacia adelante, todo por decisión propia. "Quiso cambiar porque jugaba muy bien", indica Lago, algo que corrobora su compañero de faenas: "Era de lo mejor del equipo".

Desde el primer momento, los técnicos ya observaban muchas diferencias entre Thiago y Rafinha, con un estilo de juego muy dispar pese a que corre la misma sangre por las venas, algo que se mantiene en la actualidad, ya que ambos actúan en dos posiciones distintas.

"Thiago era más técnico, con más toque y desequilibraba un poco más, Rafa era más de llegada, vertical, de fuerza, son estilos diferentes", concreta Lago.

Desde que se convirtió en jugador de campo, la progresión de Rafinha fue meteórica. Era la referencia de su equipo y ya se podía entrever que le esperaba un futuro prometedor pese a parecer a veces un jugador muy corpulento para su edad, lo que también le dio las características que le siguen distinguiendo en la actualidad.

"Era un jugador muy potente, más bien regordito porque cogía peso. Tenía una fuerza descomunal, pegada de balón, técnicamente era muy bueno, habilidoso, regateaba más que el hermano, tenía más recorrido, cogía la bola y se iba hacia portería, era más vertical y un poquito más individualista, tenía ese vertiente brasileña, más alegre", comenta Villar, a quien no le sorprende en lo que se ha convertido: "Es de los que veías que tiene pinta de ser jugador de fútbol, que podía llegar, ya que además está muy bien asesorado".

Ha heredado precisamente de su principal asesor, su padre, los genes brasileños. Mientras Thiago ha decidido representar a España, Rafinha se ha decantado por Brasil, con quien ya ha jugado en la sub'19 y en la sub'20.

El nuevo fichaje céltico era además un chico más dicharachero. "Así como el hermano era más serio, disciplinado, Rafa era más niño, más juguetón, un chaval muy extrovertido", reconoce su primer entrenador, que destaca el carácter familiar y la cercanía con la que ambos Alcántara se comportan cada vez que están en Vigo: "Se acercan por el club casi siempre".

Tanto Javier Lago como Alejandro Villar no ocultan su felicidad por la trayectoria de Thiago y Rafinha, sin olvidarse de Rodrigo, que también militó en las filas del conjunto de Nigrán. Por eso, están entusiasmados con la decisión de Rafinha de iniciar su nueva aventura con la camiseta celeste, con la que ya jugó algún torneo como la Arosa Cup en 2005, aunque no militó nunca en las categorías inferiores.

"Por nuestra parte es una alegría que llegue al Celta porque lo tenemos cerca y lo podremos ir a ver, para saludarlo y disfrutar de él", afirma Lago, con quien coincide su amigo Villar: "Se van a beneficiar tanto él como el Celta, tiene mucho potencial, creo que su calidad está por encima de la media de la plantilla, le va a ir dando cada vez más con el paso del tiempo". Sin duda, estaba destinado a triunfar.

P.Galán / Faro de Vigo

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