Notas 2012-13: [25] Natxo Insa: Héroe inesperado


JOSÉ LORES

Si a 10 de julio, cuando comenzó la pretemporada del ilusionante retorno a Primera, alguien asegura que Natxo Insa acabaría erigiéndose en héroe de la permanencia, muchos lo tomarían por loco. El alicantino, descarte inicial de Paco Herrera, venía de firmar una campaña en Segunda un tanto decepcionante, con menos minutos de los inicialmente previstos. Lejos de rendirse y acatar la decisión del técnico, prefirió sacrificar sus vacaciones para llegar a tono al primer día de curso. Mientras otros disfrutaban del verano, él se machacaba para mantener la forma, y así, tras una precampaña a muy buen nivel, terminó por convencer al técnico de su valía para Primera División. 

Se quedaba en Vigo, pero ocupando un rol secundario. La pareja Oubiña-Álex López era indiscutible en los primeros compases de la competición y su aportación se reducía, igual que un año atrás, a determinados partidos fuera de casa en los que Herrera buscaba mayor control en el centro del campo. Fue el caso de Mestalla, donde firmó un encuentro de lo más potable. Además, en la previa del partido en el Bernabeu, sufrió una lesión que limitaría su protagonismo casi hasta el nuevo año.

Nunca consiguió disfrutar de demasiados minutos, ni siquiera con la salida de Bustos en el mercado invernal, lo cual le despejaba el panorama. El choque de Getafe fue su tumba. Tras varios experimentos fallidos para cubrir las ausencias de Oubiña, Herrera le confió el centro del campo en el Coliseum. El resultado fue nefasto. La medular apenas existió aquella tarde y la posterior derrota suponía la destitución del entrenador.

Fuera de las convocatorias y con el equipo a la deriva, Abel Resino decidió rescatarlo tras el bochorno de Riazor. Lo situó junto a Oubiña en el encuentro frente al Barcelona y el ex-valencianista respondió con un gol y una actuación notable. Insuficiente, sin embargo, para repetir titularidad ante el Rayo. Ese día murió el experimento de la defensa adelantada. Resino se dio cuenta de la necesidad de retrasar la línea y dar consistencia al centro del campo, y fue entonces cuando Insa se convirtió en una pieza clave. Recibió la confianza del técnico y cumplió con creces. Kilómetros, fútbol fácil y más kilómetros. Suficiente para dar algo de solidez a un equipo que parecía descoserse.

Coronó su irrupción con un gol en la fecha decisiva, en el partido final. Aspas quebró a Colotto y sirvió al corazón del área para que Insa empujase a la escuadra la ilusión de todo el celtismo. Finalizado el encuentro, la primera imagen de la permanencia  fue su cuerpo agotado desplomándose sobre el sueño radiante de felicidad. Era el héroe inesperado. Fue su último servicio a la causa celeste. El Celta decidió no renovarle el contrato y la próxima temporada jugará lejos de Vigo. No obstante, en la memoria colectiva siempre quedará su esfuerzo, su exquisita profesionalidad y ese especial oportunismo para anotar goles clave: el del ascenso en Tarragona y el de la permanencia ante el Espanyol.

¿Qué nota le pondrías a Natxo Insa? 

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