Mouriño: "Sacrifico el equipo por la cantera"


Carlos Mouriño ya sufrió la experiencia de ver al Celta en Segunda y no quiere revivirla. Por eso, tras aprender de los errores, lucha para que no vuelvan a repetirse y el club vuelva por sus fueros.

Pregunta. ¿Ya ha pasado el susto del último partido?
Respuesta. Se pasó ya, con el objetivo cumplido y el desbordamiento de la afición y la ciudad. Sabíamos que íbamos a pasar apuros, pero no esas enormes dificultades.

P. ¿Qué pasó? Porque al principio de Liga se decía que eran el que mejor jugaba, tras el Barcelona.
R. Jugábamos muy bonito y hacíamos grandes partidos, pero no nos acompañaban los resultados. Faltó gol y empezamos a sufrir. El equipo había llegado con unas ilusiones tremendas a Primera porque muchos jugadores jamás habían estado, pero al no conseguir puntos las ilusiones se fueron cayendo. Pensaban que no podían y eso dificultaba el objetivo.

P. ¿Sabe mejor la salvación si llega a costa del Dépor?
R. No, sentí mucho que bajara. La satisfacción la debemos tener porque el Celta se mantuvo y no por lo que le pase a nuestros rivales. Con el Dépor mantenemos una magnífica relación. Cuando subimos ambos, en plena euforia en el Ayuntamiento tuve unas palabras para ellos y fue la única vez que me han abucheado en estos años.

P. ¿Cómo se hace para llegar a un equipo con 80 millones de euros y tras una Ley Concursal tenerlo saneado?
R. Sufriendo mucho, sobre todo en los resultados. Y con una cosa muy importante: tener una filosofía de cantera. Sacrificamos dos jugadores del presupuesto para dar esa solidez y solvencia al primer equipo en aras de seguir invirtiendo en las categorías inferiores. Hay que estar muy convencido, saber los riesgos que corres y no salirse de ese camino.

P. ¿Y han aprendido que a lo mejor hay que invertir un poco menos en la cantera para hacerlo en fichajes?
R. No, tenemos una cosa muy clara: el Celta tiene que crecer como institución, no como primer equipo. Tenemos buena gestión y una cantera floreciente. Hay que seguir sacrificando el primer equipo para tener una Ciudad Deportiva y estabilidad económica. Hay que hacer un equipo de esfuerzo, trabajo y pelea. El Celta nunca más debe pensar en hacerlo a golpe de talonario.

Fichajes

P. Tras la marcha de Aspas a Liverpool, la afición necesita un relevo que ilusione.
R. Lo primero es buscar estabilidad y continuidad, y eso lo hace el conjunto, no un jugador, ni un nombre. Que todos remen y sepan las dificultades. No queremos que venga nadie engañado pensando que vamos a hacer un equipo de Champions cuando no es cierto. No vamos a emplear grandes cantidades en un jugador cuando pensamos que mucho mejor repartido nos va a dar futuro. Y eso no quita que soñemos que algún día volvamos, pero no es el momento, hay que ir dando pasos poco a poco.

P. ¿Con ese discurso ha convencido a Luis Enrique?
R. Sí. Por la parte económica entra dentro de nuestras posibilidades, es más barato que alguno de los entrenadores que hemos tenido. Por tanto no nos afecta a esa parte que queremos controlar. Creemos que es un magnífico entrenador, del estilo de Paco Herrera o Eusebio. Nos puede dar un plus que tenemos que aprovechar para consolidarnos.

P. Pero su estilo es muy diferente al de Abel.
R. Sí, son distintos, por eso con todo el agradecimiento a Abel, no continúa con nosotros. Fue de mutuo acuerdo porque no coincidíamos en muchas cosas. Aquí se habla con claridad con todo el mundo y nos abre un abanico de posibilidades para que el que venga o se quede sepa con qué cuenta y a qué atenerse.

P. ¿Abel quería un equipo que creciera y que se invirtiera menos en la cantera?
R. Todos los entrenadores quieren que les traigas jugadores para estar lo más arriba posible. Creemos que debemos consolidarnos en Primera con jugadores acorde con nuestra economía.

P. ¿Van a pescar en el Dépor, con Aranzubía, por ejemplo?
R. Es cuestión del entrenador, ahí no entramos. Ha dicho que quiere ver a los tres porteros, Rubén, Yoel y Sergio, y a partir de ahí decidiremos. Si algún portero tiene preferencia en el Celta por lo que nos ha dado y por la magnífica persona que es, ese es Javi Varas.

P. Con la llegada de Luis Enrique también se habló de hombres que conoce: Oriol Romeu, Jonathan Soriano...
R. Tenemos que ser muy realistas, están fuera de nuestro mercado. Es dificilísimo que un equipo con la economía del Celta lo pueda conseguir. También salió Rafinha, nos interesa muchísimo, pero hasta que no renueve con el Barcelona no hay nada que hablar. Y después de que lo haga habrá muchos equipos que lo quieran y tendremos que pelear con ellos.

P. ¿No jugará a favor del Celta el factor sentimental?
R. Tenemos una gran relación con su padre. Mazinho tiene una gran simpatía y algo podría influir, pero al final los jugadores se mueven primero por objetivos y si les sale algún equipo de Champions, lo van a preferir. Después ya entraría la parte sentimental, donde sí ganaríamos a todos.

Paco Herrera

P. No quedó muy claro por qué se rompió el vínculo con Paco Herrera. ¿Qué sucede en ese mes desde que se gana al Madrid en Balaídos hasta que es destituido?
R. Es un magnífico entrenador, tiene todo nuestro afecto y simpatía, pero en aquel momento el equipo jugaba muy plano y daba la impresión de que había arrojado la toalla. No sacaba puntos y fue lo que nos llevó al cambio.

P. ¿Se rompió su relación con el vestuario cuando empezaron a llegar ofertas?
R. No era fácil, la culpa no era de Paco ni mucho menos. Se dio un cúmulo de circunstancias. Antes de jugar contra el Espanyol estábamos negociando a las cinco de la mañana con un club inglés que quería a Iago. También hubo ofertas por Álex López. Todo eso descentra muchísimo. Hubo fichajes con los que no acertamos, estaban a disgusto y así era muy difícil mantener la unidad. Jugadores importantes como Pranjic o Park hacían muy difícil la convivencia al ver que no jugaban. Paco tuvo que lidiar con todo y con las lesiones.

P. ¿Le dolió su destitución por dar fin al proyecto?
R. Me dolió muchísimo por el cariño especial que le tenía a Paco. Con él se traspasó la barrera de la relación profesional, era personal, bastante intensa y con muchísimo contacto.

P. ¿Temió que la temporada se fuera al traste tras perder con el Dépor, los errores de Hugo Mallo y Aspas y las reprimendas de Bermejo?
R. Fue un año complicado en todos los aspectos, pero ya venía de atrás, de diciembre. Era un cúmulo de circunstancias y aunque la plantilla y, sobre todo los canteranos, tiraban del equipo, había algo que ya no les hacía reaccionar.

La permanencia

P. ¿Tendrá equipo para no sufrir la temporada que viene en Primera?
R. Por supuesto. Quizá no sean fichajes de relumbrón, pero al aficionado le vamos a dar un equipo muy compacto, unido, de esfuerzo y pelea. No estaremos de mitad de la tabla hacia arriba, pero tampoco pasaremos los apuros de esta.

P. ¿El gran nombre va a estar en el banquillo?
R. Es un nombre más. Luis Enrique tiene que entender que debe ser el que ponga el ejemplo en todo esto. Creemos que está muy convencido y que lo va a hacer muy bien.

P. ¿Cuántas veces pensó en tirar la toalla?
R. Muy pocas. Este año alguna, porque me sentí muy solo con toda la familia en México. Llegar a las ocho a casa y estar solo se me hacía muy difícil, pero lo superé y estoy con ánimo suficiente para seguir.

P. ¿Qué le compensa?
R. Ver el campo con una juventud extraordinaria y un gran número de mujeres. El 60% de los socios en Segunda no fue ni a un partido. Era fiel, pero era una afición mayor que buscaba una comodidad que Balaídos no tiene. Ahora da gusto ver que tenemos un relevo con gente que apoya y anima. Ante el Atlético perdimos, pero Balaídos se puso en pie aplaudiendo. Esas cosas no se pagan con dinero y compensan todas las demás.

P. ¿Se siente reconfortado por el cariño de la afición?
R. Hay etapas. En la primera tuvimos que hacer una limpieza a fondo que la gente no entendió. Mi primer problema como presidente fue la discrepancia entre el entrenador y el director deportivo. Fernando Vázquez decía que con aquellos jugadores no haríamos nada y Félix Carnero que no se podía desmantelar al equipo de la UEFA. No supe tomar la decisión oportuna, renovamos a muchos y descendimos. Después hubo que desmantelar aquello desde el convencimiento, sufrimos en Segunda y empezamos un proyecto de futuro, perdimos la sensación de inmediatez que teníamos.

P. ¿En qué situación tendría que estar el Celta para estar satisfecho y dejarlo?
R. Nunca se cumplen las metas, todos tenemos las más altas y es imposible alcanzarlas. Me quedaría muy satisfecho si dejo la Ciudad Deportiva hecha, al club consolidado y, si me pongo a soñar, con un canterano por puesto sería extraordinario. ¿Europa? Sería la segunda etapa, en los tres o cuatro años que me quedan es muy difícil que lo consigamos.

P. Muchas mujeres se han sumado al Celta, ¿lo ha conseguido con la suya?
R. A veces, pero las menos. Sufre mucho. Contra el Espanyol no se atrevió a ir al campo. Además está en México al mando de nuestra Fundación, que nace a raíz de la muerte de mi hijo allí donde vivimos, la zona con mayor índice de suicidio infantil. Se dedica a recoger a los niños que están en peligro de caer y hacer una integración total con la familia. Hay que agradecerle a mi mujer que le dedique muchas horas.

P. ¿Siente que la vida le ha tratado mal (perdió a su hijo y su nieto)?
R. No, las desgracias hay que aceptarlas y aunque no pierdes los recuerdos no hay que estar ensañándose . Hay que tratarlos como enseñanzas.

P. ¿Le ha servido el Celta como refugio?
R. Ya estaba antes del accidente de mi hijo. No fue mi refugio, pero en momentos malos esa distracción me vino muy bien.

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