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| EFE |
Desde que se confirmó la permanencia del Celta en Primera División y el cambio de técnico en el banquillo, se ha desatado la euforia de fichajes con nombres muy interesantes para reforzar al conjunto celeste. Luis Enrique y su pasado barcelonista harían el resto para que arribasen a Vigo jugadores de caché, contrastados y de prestigio, pero el entrenador asturiano ha aprovechado su presentación para rebajar la euforia.
Ha dejado claro que algunos de los futbolistas que suenan son totalmente inasumibles, y parece claro que el perfil de futbolista estaría más cercano al de Larssen que al de Rafinha. Luis Enrique apuesta por la táctica del despiste, y ya avanzó hoy que cuanto menos se hable de posibles llegadas, mejor. No quiero que los rumores encarezcan el producto.
Lo cierto es que en los últimos años, el Celta ha sabido actuar con hermetismo a la hora de cerrar contrataciones. Los fichajes extranjeros del pasado curso se conocieron cuando ya estaban cerrados, y solo en el caso de Javi Varas y Samuel hubo noticias previas, seguramente por filtraciones previas desde los clubes de origen de ambos futbolistas. Esa es la táctica que ha seguido el Celta en los últimos años, y a ella se va a agarrar este año también, pero la insistencia de Luis Enrique por los temas económicos deja entrever que igual el perfil de futbolista que busca el Celta es un poco más modesto que el que se puede leer en las redes sociales.
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