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| RICARDO GROBAS |
De forma casi simultánea, Liverpool y Celta hacían público poco después de las 21.00 horas el traspaso de Iago Aspas al histórico club británico. En su comunicado oficial, los de Anfield matizaban que la operación quedará definitivamente cerrada cuando se aporte toda la documentación, que pasa porque la Federación Española de Fútbol expida el pase internacional del que ha sido jugador-franquicia del Celta en las últimas temporadas y que está sujeto a un acuerdo (hasta ahora inexistente) con Jorge Santomé, su representante, que no intervino en esta operación y que después de varios días, consiguió desbloquearse.
Definitivamente, el Celta percibirá 7,7 millones de libras (al cambio actual, un poco más de 9 millones de euros). La novedad radica en que los de Balaídos seguirán teniendo el 10% de los derechos federativos de Aspas para que en el supuesto de un futuro traspaso perciban la décima parte del mismo.
O lo que es lo mismo, a las arcas de la entidad de Balaídos llegará una cantidad muy cercana a los 10 millones de euros, que era la cláusula de rescisión fijada en el contrato que Aspas tenía firmado con su hasta ayer club, al que llegó siendo un niño.
Después de regresar anteayer de Liverpool, donde se sometió a un exhaustivo reconocimiento médico, y limar los pocos flecos que quedan pendientes, Iago tendrá que volver de inmediato a su futura ciudad de residencia con el objeto de ser presentado como nuevo futbolista red. Pero su anunciada -y esperada- rueda de prensa para despedirse de la afición céltica aún tendrá que esperar a que retorne de pasar una semana de vacaciones en el Caribe.
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