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| DIEGO PÉREZ |
La difícil situación del Celta hace que a muchos les queme la responsabilidad y prefieran cedersela a otros. Algo así debió pensar Pranjic si se confirma lo que Jesús López, periodista vigués, contó en su cuenta de Twitter, refiriéndose a unas palabras de Moncho Carnero en las que aseguraba que el futbolista croata hacía gestos al banquillo de que no quería saltar al campo cuando fue requerido por Abel para jugar ante el Betis.
Sea cierto o no, la cara que tenía el bueno de Danijel era de todo menos de ilusión. Desgana y apatía era lo que reflejaba su rostro en un momento en el que su equipo se jugaba media vida. Desde su llegada a Vigo en el pasado mercado de invierno ni la afición se explica el motivo de su fichaje, ni él se ha integrado al equipo. A pesar de que alguna de sus actuaciones no fue mala en los primeros partidos, la falta de minutos y la conclusión de su cesión en el mes de junio le han desmotivado y a día de hoy no pinta nada en el equipo.
Una cesión de un futbolista que está de vuelta en el mundo del fútbol tal vez no fuese una gran idea. No es lo mismo tener a un futbolista cedido que viene a Vigo con la intención de crecer en el mundo del fútbol, que a un jugador que enfila su retiro dorado como es el caso. De hecho, el croata ha sido más noticia por sus escapadas nocturnas, donde ha demostrado estar plenamente en forma según cuentan, que por su rendimiento en el campo.
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