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ISAAC FERRERA |
En la primera, el equipo vigués recordó al que en el comienzo de la temporada, de la mano de Paco Herrera, apostaba por mantener la posesión de la pelota y tratar de llegar a la portería contraria paciencia y combinación en todas las zonas del campo. Así llegó el gol de Augusto Fernández. Tras el descanso, el cuadro céltico optó por la intensidad defensiva que predica Abel Resino y los balones en largo en busca de algún contragolpe. De esta manera, pasó de controlar el encuentro con comodidad a sufrir hasta el último minuto, pero consiguió llevarse los tres puntos. La entrada de Iago Aspas por Mario Bermejo en el once inicial fue el único cambio en la alineación con respecto a las dos jornadas anteriores. El Celta logró por primera vez dos victorias consecutivas esta campaña y el segundo triunfo a domicilio del curso.
UN CAMBIO EN EL ONCE Y EN EL DIBUJO
El regreso de Iago Aspas tras los cuatro partidos de sanción obligaba a Abel Resino a prescindir de uno de los componentes del equipo titular de las dos jornadas anteriores. El elegido, a pesar de sus goles salvadores, fue Mario Bermejo, que acabaría saliendo en la segunda parte. Aspas demostró falta de ritmo después de un más de un mes sin competir y su entrada supuso un cambio en el dibujo de Resino, del 4-4-2 al 4-2-3-1.
EL ESPÍRITU DE PACO HERRERA
En la primera parte, el Celta se pareció mucho al que dirigía Paco Herrera en la primera vuelta. Los vigueses acapararon la pelota, la jugaron con criterio y obligaron a los centrocampista del Levante a perseguir sombras durante muchos minutos. Todo ello, sobre un terreno de juego resbaladizo a causa de la lluvia, lo que da más mérito al empeño del cuadro céltico de seguir tratando bien el balón.
OPORTUNIDADES Y GOL
El dominio celeste fue total en los primeros 45 minutos. De hecho, mientras el Levante sólo disparó una vez a puerta en ese primer tiempo, el Celta gozó de varias oportunidades, aunque con Aspas algo perdido en la punta del ataque, fueron otros los encargados de hacer daño. Krohn-Dehli avisó al cuarto de hora con un centro chut que se envenenó y el danés envió por después el centro al área que Augusto remató a la red (0-1).
LOS RIVALES SE TRANSFORMAN
Juan Ignacio Martínez hizo un doble cambio en el descanso. Retiró a Míchel y Rubén García para dar entrada a Roger y Simao. Salvo dos acciones puntuales al principio, el Celta perdió el balón y empezó a apostar por la intensidad, a veces con un exceso de revoluciones. Resino puso más músculo, con el canterano Madinda y Bermejo, pero el Levante llegaba cada más a los dominios de Javi Varas.
UN ERROR QUE PUDO COSTAR EL EMPATE
El asturiano Muñiz Fernández pudo dinamitar el partido al señalar incomprensiblemente penalti en una jugada en la que Jonny ni siquiera tocó a Acquafresca. Por suerte, Barkero cruzó en exceso el balón en su lanzamiento y el error del colegiado no influyó finalmente en el resultado del partido. Sí influirán, si no hay recurso, las amarillas a Aspas, Roberto Lago y Natxo Insa, que cumplen ciclo.
SUFRIMIENTO HASTA EL FINAL
Sin el balón durante casi todo el segundo tiempo, el Celta sufrió hasta el último minuto. De hecho, en el descuento Javi Varas salvó el empate con la una doble parada. En la primera, erró en el despeje al dejar el balón a los pies de Simao, pero el disparó a bocajarro del delantero levantino dos desvió en una demostración de reflejos. Al final, tres puntos que permiten a los vigueses seguir en la pelea.
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