Previa Celta - Barcelona: Tiempo de fe


Foto: Albert Gea / Reuters

La Semana Santa es tiempo de fe no sólo para los creyentes, también para los futboleros. A ella se agarra una afición celeste a la que el bochorno de Riazor dio argumentos para dejar de creer. No sólo por el batacazo futbolístico, sino por la mala imagen ofrecida a ojos de todo el país. El tiempo todo lo cura y 15 días después de aquella fatídica noche, el fútbol ofrece una nueva oportunidad para olvidar y reengancharse a la fe. El rival, un Barcelona que compite en otra galaxia, no parece el mejor adversario para invertir la dinámica, pero invita a luchar por una victoria que resucitaría a un equipo necesitado de una inyección de moral. Además, los culés aterrizan en Vigo mermados por el virus FIFA y con la mente puesta en París, donde el próximo martes disputan la ida de cuartos de final de la Champions League.
   
No habrá pues mejor momento para dar la sorpresa y conseguir un triunfo revitalizante, para lo cual será necesario domar la ambición sin límites de Leo Messi, al borde de un récord de otro planeta. El Celta es la única presa que le resta al argentino para acumular 19 partidos perforando marcos contrarios. A eso y a la ilimitada competitividad de un equipo casi perfecto se enfrentan los celestes, obligados a lograr una hazaña muy necesaria para mantener vivas sus aspiraciones de salvación.
   
Las bajas serán un lastre, y es que el parte de ausencias se ha llenado en el peor momento posible. Iago Aspas, al que le esperan 4 encuentros de suspensión, y Andrés Túñez, por acumulación de amonestaciones, no estarán ante el Barcelona. Por otra parte, las lesiones han dejado fuera a Álex López, Krohn-Dehli y Sergio, quien tras su rotura de clavícula se une a Hugo Mallo y Samuel Llorca como lesionados de larga duración. Esto último obliga a Abel Resino a tirar del joven Rubén Blanco como portero suplente. Otro canterano como Levy Madinda también ha entrado en la lista. Además, Bermejo y De Lucas arrastran molestias físicas, aunque parece que no tendrán problemas para ponerse a las órdenes del técnico toledano.
   
Ante este panorama, la alineación celeste diferirá mucho de la habitual. Javi Varas estará en portería con una línea de cuatro en defensa formada por Jonny, Cabral, Demidov y Roberto Lago. Debido al potencial azulgrana en el centro del campo, no sería de extrañar que Abel Resino optase por un trivote compuesto por Oubiña en el eje y Pranjic e Insa actuando como volantes. Mientras, en parcela ofensiva, Augusto Fernández es un fijo en el costado derecho y Orellana podría cubrir la baja de Krohn-Dehli. Finalmente, Park se perfila como el sustituto del castigado Iago Aspas. El coreano se encuentra ante la última oportunidad para justificar su fichaje.
   
En el otro lado del campo aguarda un Barcelona diezmado, pero igualmente peligroso. Si las bajas del Celta son notables, las barcelonistas no se quedan atrás. Valdés, Adriano, Jordi Alba, Puyol, Xavi o Pedro no han viajado a Vigo. Tampoco Tito Vilanova, cuyo regreso parece que se producirá entresemana, pero sí Eric Abidal, quien vuelve felizmente a una convocatoria tras superar su enfermedad. Esto, y el importante encuentro del próximo martes ante el PSG, permitirán las rotaciones y la entrada en el once de futbolistas menos habituales como Pinto, que vuelve a Balaídos cinco años después, Thiago, Tello o Song. Quien parece que no rotará será un Messi sediento de récords. El 10 blaugrana busca completar una vuelta entera haciendo gol en cada partido y tratará de batir a un Javi Varas del que no guarda precisamente buen recuerdo.
   
Así pues, Pinto regresará a la portería de Balaídos, custodiado por una defensa de circunstancias formada por Alves, Piqué, Mascherano y Montoya. Song ocupará el pivote con Thiago y Cesc Fábregas completando el triángulo. En ataque, Tello y Alexis Sánchez actuarán en los extremos con Leo Messi como principal referencia ofensiva.
   
El permisivo Mateu Lahoz, del colegio valenciano, dirigirá un encuentro con relevancia dispar para ambas escuadras. Mientras para el Barça es un partido más con el que acercarse a un título de Liga prácticamente sentenciado, para el Celta es una tabla de salvación con la que dejar atrás el amargo recuerdo del derbi y recuperar la esperanza. Que es difícil resulta una obviedad, que nunca lo fue tan poco también. Ahora o nunca. Las distracciones blaugranas juegan a favor de los locales, pero no admiten relajación ante un conjunto voraz. Un Balaídos a reventar estará con los suyos. Con motivos o sin ellos, las gradas del vetusto estadio vigués nunca han dejado de creer. El equipo tiene hoy la oportunidad de demostrar que tampoco. Es tiempo de fe.



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