![]() |
PACO PUENTES |
Se ha confirmado, Abel Resino no tiene una varita mágica. El Celta volvió a demostrar las mismas miserias fuera de casa que con Herrera. E incluso multiplicadas. Siendo justos, también tenemos que reconocer que enseñó algunas virtudes inexistentes en la anterior etapa, pero los numerosos defectos las minimizaron hasta hacerlas prácticamente irrelevantes. La realidad es que el Celta se marchó de Sevilla encajando la mayor goleada de la temporada y dando la impresión de ser un equipo roto y tremendamente frágil en defensa.
SIN LAGO Y SIN KROHN-DEHLI
Abel Resino había anunciado cambios en el once y los hubo. Concretamente, dos. Krohn-Dehli, que ha bajado su rendimiento en el último mes, cedió su puesto a Mario Bermejo. Por su parte, Roberto Lago, con un principio de gripe tampoco fue titular. Carlos Bellvís ocupó su hueco. El valenciano seguro que intuía lo que se le venía encima, pero era imposible sospechar que el chaparrón sería de tal magnitud.
EUFORIA
La llegada de un nuevo entrenador siempre trae consigo una revitalización de un equipo. Los jugadores quieren demostrar al nuevo técnico que pueden contar con ellos y el Celta, gracias a este efecto, salió más enchufado en Sevilla que en los últimos partidos a domicilio. En estos primeros minutos el conjunto celeste demostró cierto descaro y Aspas estuvo a punto de marcar.
DEPRESIÓN
Pero este efecto se esfumó a los diez minutos. Un buen cambio de orientación del Sevilla desconcertó a la defensa. Jesús Navas bailó a Bellvís y Negredo demostró más hambre que los centrales del Celta. Gol. Y antes de que llegase la media hora pasó algo similar. Esta vez vino propiciado por un balón a la espalda de la defensa céltica. El desenlace fue calcado.
ORGULLO, PERO NO SUFICIENTE
El Sevilla, con dos goles de ventaja, se relajó. Y entonces al Celta le sobrevino un ataque de orgullo. Aspas estaba hiperactivo y en una de sus aproximaciones al área cedió un balón a Augusto para que marcase el único gol del Celta. El descanso llegó en el peor momento posible porque los vigueses parecía que creían en la remontada. Prueba de ello fue que Orellana disparó al larguero en el 41.
EL FESTIVAL QUE NO CESA
La segunda parte fue pan comido para el Sevilla. El Celta se suicidó adelantando su defensa sin que esto viniera acompañado de una mayor tensión y presión cuando el rival tenía el balón. Para mayor desgracia, Javi Varas, que ya no estuvo demasiado acertado en los dos primeros tantos, regaló un gol a Medel. El partido se había acabado y la goleada podía ser de escándalo.
OTRO GOL CALCADO
El Sevilla no quiso hacer demasiada sangre y sólo marcó un gol más. La jugada fue calcada a la de los dos primeros, aunque esta vez se inició desde la otra banda, la izquierda del ataque del conjunto hispalense y la derecha del Celta. Negredo, como buen 'killer', tampoco perdonó y completó su 'hat-trick'. Los de Resino se paseaban por el campo esperando a que el árbitro pitase el final.
EL INEXISTENTE BANQUILLO
En el Sánchez Pizjuán volvió a resultar evidente que a los muchos problemas del Celta se suma otro bastante importante, su ausencia de banquillo. Los cambios no aportan absolutamente nada. Ayer, por ejemplo, Pranjic no mejoró al equipo. Más bien lo empeoró. La planificación de la dirección deportiva ha sido muy deficiente, tanto en verano como en el mes de enero. Falta fondo de armario.
Miguel Román / Atlántico Diario
0 comments:
Publicar un comentario