Las bajas y las rotaciones provocarán que Thiago Alcántara sea uno de los principales referentes del Barcelona ante el Celta este sábado. El hijo del mítico Mazinho jugará en Balaídos por segunda vez, ya lo hizo con el Barça B en la temporada 2010/11, y muy posiblemente lo hará como titular.
Thiago, a pesar de nacer en Italia, se considera vigués. Aquí vivió los primeros años de su vida y guarda muchas amistades. En esa etapa se inició en el mundo del fútbol. Primero lo hizo en el Priegue y años más tarde, una vez ya retirado su padre, regresó para enrolarse en las filas del Ureca, actualmente Val Miñor.
En este equipo coincidió con Antón de Vicente, actual jugador del Celta B, y con Pedro Vázquez, ahora en las filas del Coruxo. Ambos coinciden en señalar que es un futbolista diferente. Y ya lo era con 13 años.
De Vicente, que incluso compartió equipo con Thiago en el Priegue, sigue muy unido a él. 'Soy amigo suyo de toda la vida. Lo conozco desde los cinco años y este verano, por ejemplo, estuvo con su novia en mi casa. Él se considera vigués y cada vez que tiene un par de días libres se viene por aquí', explica y añade que 'siendo muy pequeños, también nos enfrentamos en torneos de fútbol sala en Los Abetos. Veías cómo manejaba el balón y la gente se quedaba alucinada'. El jugador del Celta B rememora los años en el cadete del Ureca, en el que jugaron juntos a pesar de que Thiago tenía dos años menos: 'Tiraba sombreros en el campo de tierra del Colegio Hogar con el balón Mikasa. Era una locura'.
Pedro Vázquez coincide en señalar que era un adelantado en todos los aspectos: 'Cuando era un niño, era una cosa de locos. Estaba muy por encima del resto. Era mucho más coordinado que los chavales de su edad. Con 13 años, ya lo veías hacer jugadas como las que hace ahora. A los chavales de su edad y de 14 o 15 años los bailaba'.
Aquel niño precoz ha crecido y ahora trata de hacerse un hueco en el Barça. Ha añadido facetas a su juego y no ha perdido la frescura. 'Tiene una calidad y una visión de juego fuera de lo normal. Lo que más destaco de él es que siempre sale al campo a disfrutar, a hacer lo que quiere. Le da igual hacer un regate en una zona que no debe. Tiene esa calidad para hacerlo. Es un jugador distinto, único. Marca las diferencias', dice De Vicente. Vázquez añade que 'de él destaco la técnica y la visión que tiene para leer los partidos y ver los huecos y los pases. Tarde o temprano, será indiscutible en el Barcelona y en la selección. Ahora mismo, entrar en el once es complicado, pero cada vez que juega lo hace bien'.
Pero lo más importante es que el éxito no se le ha subido a la cabeza y conserva sus amigos vigueses, los de toda la vida. Antón de Vicente destaca su cercanía: 'Sus padres le inculcaron la humildad. Es un chaval que nos trata igual que nos trataba cuando estaba en el Ureca, a pesar de ser unos de los jugadores más prometedores del mundo'.
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