![]() |
OKTEN |
La tranquila ciudad portuaria de Swansea entró en ebullición. En realidad lo lleva haciendo dos semanas. Las camisetas de su equipo de fútbol hace tiempo que han desaparecido de la tienda del club y alrededor de 30.000 aficionados se desplazaron ayer a Londres. La razón, la final de la Capital One Cup, la Copa de la Liga. El 5-0 con el que el conjunto de Laudrup despachó el trámite ante el Bradford, de la Cuarta División inglesa, dio pasó a la celebración.
Entre los goleadores no faltó Michu. Pocas veces falta el asturiano a su cita desde que ha adoptado la forma de delantero. Anotó el segundo de su equipo, para hacer el 19.º de su generosa cuenta en la temporada. La llamada a las puertas de la selección empieza a ser a martillazos.
Se preveía un encuentro cómodo para el Swansea y nadie se saltó el guión. Los de Laudrup sometieron a su rival con su mejor arma de convicción: la posesión del balón. Los ataques de los galeses parecían largas jugadas de balonmano desde el primer minuto. Dyer fue el primero en suministrar dosis de realidad a la alegre hinchada del Bradford. Michu disparó con malas intenciones, Duke rechazó y el atacante empujó.
El segundo tanto resumió la metamorfosis que ha sufrido Michu en los dos últimos años. Concretamente, desde que Sandoval le pusiera de ariete en un partidillo y el asturiano anotara cinco goles. Michu entró en el área, fijó al central y disparó, ajustado, al palo más alejado.
Después del descanso siguió la fiesta. Dyer volvió a anotar, tras una jugada de fantasía en la que Michu participó de forma decisiva. Para el cuarto llegó la anécdota de la tarde. Duke derribó a De Guzmán a un palmo de la portería, penalti y expulsión. Dyer pidió ejecutar la pena en busca del triplete, pero De Guzmán aplicó la máxima que rige en todos los patios de los colegios: quien lo provoca lo tira. La discusión entre ambos se zanjó en la celebración del tanto. El propio De Guzmán sería el encargado de cerrar la final con el quinto.
Swansea estalló. Media ciudad, desplazada a Londres, saboreó de cerca por primera vez en la historia lo que significa un título. Incluso el siempre comedido Laudrup fue manteado. Chico, el único español que se perdió la final por una inoportuna lesión, recordó a los ausentes: «Puerta, Jarque, Miqui Roqué, Preciado, el fútbol no os olvida».
En medio de la celebración estaba Michu, el chico que ha vivido un ascenso meteórico en dos años. De Segunda a campeón inglés. El año pasado le tocó a su amigo Juan Mata reinar en la Copa inglesa y este año es su turno, en la Copa de la Liga. Swansea celebra con su ídolo un título con tintes históricos con premio añadido: el año que viene jugará la Liga Europa.
Reuters
0 comments:
Publicar un comentario