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| Rafael Mateos, Presidente del Xerez (Foto: AS) |
El Xerez está al borde de la desaparición. Y es que a su precaria situación deportiva une ahora una situación institucional tan insostenible que, en la jornada de hoy, la comisión paritaria de seguimiento del convenio de acreedores de la Sociedad Anónima Deportiva en la reunión que va a mantener con el presidente del club, Rafael Mateos, podría instar a éste a que pidiese la disolución de la entidad, ya que el club no puede hacer frente a los pagos con la Agencia Tributaria, tiene embargadas las cuentas por Hacienda y al no tener ingresos tampoco puede hacer frente al corriente de cada mes, como al abono de las nóminas de los jugadores y empleados. A Hacienda se le debe un primner pago de 480.000 euros y para junio habría que hacer otro de la misma cantidad, así como el abono de IVA e IRPF que tampoco se ha hecho por lo que se estaría en una cantidad de 1.5000 euros.
Esta situación límite ha llevado al presidente a mantener una reunión en la mañana de ayer con el primer teniente de alcalde del Ayuntamiento, Antonio Saldaña, y con la delegada de Deportes, Felisa Rosado, para indicarle el momento del club y hablar de la deuda de dos millones de euros por una subvención impagada en la temporada 2007/08. Saldaña, primer teniente de alcalde, compareció en rueda de prensa con todos los miembros de la Fundación Xerez y dejó claro que “los problemas de la Sociedad Anónima los tienen que resolver los los gestores de la propia Sociedad Anónima y que el Ayuntamiento estará siempre con el sentimiento y con los aficionados pero nunca con los miembros de una sociedad anónima”: En principio se espera alguna que otra reunión, Saldaña ha pedido claridad al club, un plan de viabilidad y entre líneas ha dejado entrever que el principal accionista del club, Joaquín Morales, debería dar un paso al lado.
En principio el panorama se presenta bastante sombrío y la sombra de la desaparición ya se pasea en el entorno del Xerez, aunque Rafael Mateos, el presidente, aguarda alguna que otra reunión y está dispuesto "a seguir llamando a muchas puertas", aunque es consciente que "la cosa está muy difícil" y que la disolución podría pedirse más pronto que tarde.
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