Estén Ustedes Unidos


LOF
Parece absorber a todo mundo una extraña preocupación por la marcha de alguno de nuestros mejores jugadores al finalizar la temporada. Podía palparse ayer perfectamente a través de las diferentes redes sociales y de los diferentes foros. Es lógico tener una cierta preocupación por el devenir futuro del equipo y su estabilidad con respecto a la plantilla. Pero créanme, yo no me preocuparía demasiado pronto.

Un profesor me comentó una vez que si un problema tenía solución no había por qué estar preocupado. Y que si el problema tampoco tenía solución, tampoco era cuestión de devanarse los sesos por algo que era inevitable. El caso del jugador que nos ocupa creo que estamos en una perfecta situación donde se aplican los dos silogismos anteriores.

Un proyecto que esté basado en la cantera debe saber que las principales piezas de un equipo siempre están condicionadas a la devoradora ambición y a las leyes del mercado. Todos queremos que nuestro equipo crezca y sea más fuerte, que sea mejor, que tenga más talento, que juegue bien y que encima nuestros de jugadores cobren cuatro duros. El tener jugadores cuya ficha es asumible significa, además de una estabilidad presupuestaria evidente que otros pueden venir a comprar de esos jugadores o a tentarlos con suculentas ofertas. Es una ley inexorable del mercado persa futbolístico. Lo comenté fechas atrás en un anterior artículo. Las leyes no son exactamente iguales para todos. A nosotros se nos exige una estabilidad y una estabilidad presupuestaria que a otros ni siquiera se les presume o se les sueña. Los jugadores quieren mejorar, pues al fin de cuentas son trabajadores altamente cualificados en empresas que generan dinero, o que por lo menos mueven grandes cantidades de dinero. Ese es quizás el punto débil de nuestro proyecto deportivo, que venga alguien con billetes en la mano y pueda llevarse lo que tú más más necesitas. Tus principales activos, que en este caso son los jugadores.

La generación de recursos, y la gestión de esos recursos es lo que nos debería preocupar, no la marcha de un determinado componente del equipo.  No podemos hipotecarnos por un jugador, cuando todavía debemos satisfacer generosas cantidades de dinero también generosamente aplazadas por nuestro principal acreedor que no es otro que la  santísima agencia tributaria. Montoro Habemus. Y al pasado reciente me gustaría referirme para hacerles notar cómo se las gasta la agencia tributaría y cómo se las va a gastar de ahora en adelante. Crean en un futuro económico espléndido, porque realmente si seguimos con una gestión sería nuestros presupuestos anuales en un brevísimo plazo de tiempo esté  resucitado andante que es el Real Club Celta (en el ámbito económico hace unos años éramos un club completamente arruinado) puede ampliar y convertirse en uno de los principales equipos de la liga el aspecto económico. Pero eso significa tener que tomar decisiones difíciles, complicadas e impopulares. Y una de ellas es no renovar a determinados componentes de la plantilla cuyo salario este fuera de precios asequibles para no hipotecar el futuro. Ley de mercado. Si alguien te paga más, te vas con él.  Es lo que toca.

No se puede pedir que este tipo de decisiones guste a la gente, insisto. Pero hay que intentar verlas desde un tipo diferente de perspectiva. Nuestro principal handicap es que tenemos que ser económicamente solventes. Económicamente rentables. No meramente sostenibles o tener pérdidas asumibles. Y lo hemos de hacer  siguiendo las reglas del juego presupuestario y las reglas básicas del plan General contable,  y no de la ingeniería financiera, (nombre pomposo que se le dio al chanchulleo indecente en las cuentas) . Si  uno de los grandes clubes de la liga pone encima de la mesa a un jugador de tu equipo una oferta que incluye un  sueldo  que triplica el salario que cobra al día de hoy,  no hay nadie que empate esa apuesta. ¿Que ellos falsean las cuentas, deben todo hijo de vecino y pueden ser pagar por encima del valor de mercado?  Es un asco, si. Pero es lo que hay. Por lo menos hasta que alguien les ponga una pistola en el pecho y les diga que se vayan a la concursal para que por fin el erario público pueda recuperar lo que ese tipo de clubes debe. ¿Les suena esta situación?

Por eso no debemos  alejarnos de nuestra principal preocupación que es mantener este club en primera división y hacer que crezca en las temporadas sucesivas. Permanezcan ustedes unidos, como reza el último trabajo de mi compañero del instituto  Eladio y su grupo "Eladio y los Seres Queridos". Sigan creyendo en algo que es difícil de mantener pero que merece extraordinariamente la pena. Crean ustedes en su equipo. Y eso significa incluso creer  en quienes lo dirigen. Porque como dice otra de las canciones del trabajo de mi ex compañero, "ya sé que tú piensas que hay un futuro y el tiempo futuro yo creo que es este". De las decisiones difíciles de hoy saldrán los éxitos o los fracasos del mañana más inmediato. Ya sabemos lo que es estar completamente hipotecados, arruinados y deshauciados. Quizá con las nuevas decisiones puedan cometerse otro tipo de errores, pues nadie garantiza el éxito. Pero los errores que ya tuvimos no tenemos derecho - ni capacidad-  para volver a cometerlos.

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