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Hace ya más de diez años pero el celtismo no olvidará jamás aquel 1-6 en la Catedral. Fue el 24 de marzo de 2002, en partido disputado a la futbolística hora de las cinco de la tarde de un domingo. No hay mejor hora para el fútbol, y es difícil encontrar un escenario mejor que San Mamés, por todo lo que implica ese olor a fútbol en estado puro que desprenden sus muros y su césped. Aquel Celta pasaba por ser uno de los mejores en la historia de los celestes.
Un equipo que formaba con esta lujosa alineación de inicio: Cavallero en la portería, Cáceres, Méndez, Sergio y Juanfran en defensa. Vagner y Luccin el doble pivote, bandas para Karpin y Gustavo López, Mostovoi de enganche y arriba la "Gaviota" Catanha. En la segunda parte entraron Doriva, Jesuli y Florian Maurice. Por el Athletic jugaban Lafuente, Larraínzar, Aitor Larrazábal, Lacruz, Aitor Ocio, Orbaiz, Alkiza, Tiko, Ezquero, Etxeberría y el ex céltico Urzáiz. También jugaron los ex célticos Óscar Vales y Javi González, además de David Cuéllar. Su entrenador era Jupp Heynckes, el nuestro, Víctor Fernández.
Fue un partido plácido desde el principio ya que el celta encontraría el camino del gol muy pronto. Sería en el minuto 15 por medio de Catanha, tres minutos después sería Vagner quién pondría tierra de por medio, aunque Urzáiz, al borde del descanso llevaría la incertidumbre con su gol. Pero la segunda parte fue otra historia y sirvió para que el Celta se diese un homenaje con cuatro goles más, anotados por Luccin en el minuto 62, Karpin en el 68, Jesuli en el 75 y Maurice (Marcó Maurice!!!) en el minuto 83 cerrando una goleada histórica. Los aficionados del Athletic de Bilbao recibieron con alivio el pitido final respirando tranquilos. La pesadilla había terminado. Más de diez años después, el Celta regresa al mismo escenario, un domingo a las cinco de la tarde. El mejor horario.
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