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CHAMPY |
La semana que acaba de concluir ha sido, sin duda, su semana. Detalles que invitaban al optimismo había dejado a cuentagotas en compromisos precedentes. Aunque competía contra el recuerdo de los regates de un chileno genial, su trabajo, sacrificio y calidad no habían pasado desapercibidos para una grada de Balaídos a la que convenció aquella tarde frente al Getafe. Dos asistencias que salieron de sus botas certificaron el triunfo céltico ante el conjunto azulón y empezaron a encandilar a una afición que no acepta cualquier medianía.
Sin embargo, su fútbol se había diluido poco a poco. Los compromisos internacionales, los cambios de demarcación o la pequeña crisis de juego que atravesaba el equipo podían ser los condicionantes. Lo cierto es que esa chispa en ataque de los primeros días ya no era tal, y ni tan siquiera el incansable trabajo defensivo bastaba para compensarlo.
Pero llegó la Romareda y todo cambió. Tampoco fue su mejor partido, pero sí resultó ser el más activo de un frente de ataque desaparecido en combate. Él canalizó el juego celeste en los últimos minutos, cuando el Zaragoza cedió el esférico y redujo la presión permitiendo que aparecieran los espacios. Un pase a la espalda suyo que aprovechó Roberto Lago para regalar el gol a Aspas ayudó a que el Celta lograse un importantísimo triunfo en los minutos finales.
Tres días más tarde en Balaídos, fue protagonista de la memorable remontada frente al Almería. Al día siguiente su nombre no salió destacado en ningún diario, pero lo cierto es que su partido fue digno de enmarcar. Al trabajo en defensa habitual acompañó buenas jugadas en ataque, apareciendo por todos lados y mostrándose muy activo. Participó en todo el fútbol local, tanto desde la banda como botado al centro y fue un peligro constante para la zaga rival. En una exhibición de derroche físico, hizo su encuentro más completo.
Hasta que llegó el choque frente al Levante. Entonces, Michael Krohn-Dehli, el gran danés, terminó por doctorarse. Sin discusión, el de Copenaghe fue el mejor futbolista del Celta sobre el terreno de juego y también el más destacado del encuentro. Corrió, recibió, combinó, se movió, regateó, asistió y terminó firmando un partido sobresaliente en la que hasta lo de ahora ha sido su mejor actuación con la casaca celeste. Tan sólo le faltó un gol que se le resiste desde su llegada pero que con una pizca de atrevimiento más en el disparo es de esperar que llegue pronto. El gran danés ya ladra con fuerza.
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