Este titular puede parecer una tontería, pero más vale recordarlo una vez más por si a alguien se le ha olvidado. Después de cinco años en el infierno de Segunda y una metamorfosis tan bestial en lo deportivo como en lo económico, el Celta ha regresado a Primera en 2012. Lo hizo a lo grande, con un tramo final sensacional y cientos de celtistas recorriendo España de un lado para otro dándole aliento.
Con la modestia que un buen día perdimos (creyéndonos más grandes de lo que éramos), los jugadores de Paco Herrera comenzaron en agosto su aventura en la élite del fútbol español y hasta ahora sobreviven como pueden ante el abismo del descenso. El equipo ha hecho méritos por su buen fútbol para tener más puntos por su buen fútbol, pero la falta de puntería, de experiencia en la categoría, los errores defensivos, el infortunio o extrañas decisiones tácticas han imposibilitado que el casillero celeste supere los 15 puntos.
Desde el punto de vista céltico, el 2013 tiene un deseo común: la soñada permanencia en Primera División. Después de lo duro que ha sido llegar hasta aquí, un descenso sería la peor de las pesadillas. Sin embargo, debemos ser positivos y esperar que los nuestros aprendan de sus errores para seguir emocionándonos con su estilo ofensivo y la máxima entrega sobre el césped. Además, la afición se ha enganchado y hay que aprovechar su energía.
¡Feliz año, queridos celtistas!
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