Al Celta se le
terminan las excusas. Tras atravesar el Tourmalet con dos derrotas previsibles
ante los dos colosos de la competición y un empate frente a un Deportivo en
superioridad, y después de dilapidar en Vallecas una ventaja en el marcador de
dos goles, las luces de alarma se han encendido por vez primera en Vigo. El del
Mallorca no es ni mucho menos un partido de urgencias, pero sí un encuentro en
el que se antoja muy necesaria la victoria para recuperar la confianza y
alejarse de la zona baja. Los de Caparrós, un conjunto confeccionado para
lograr la permanencia sin excesivos apuros, también llegan necesitados de
puntos a Balaídos, pues pese a su buen arranque de campeonato han visto como en
las últimas seis jornadas se han quedado sin sumar. En resumen, duelo de
equipos necesitados de una alegría que puede dejar muy tocado al que salga
derrotado.
El Celta afronta el
choque con la buena nueva del retorno de Borja Oubiña, ausente el pasado fin de
semana en Vallecas. Un alta que compensa la baja de Gustavo Cabral, sancionado
por su expulsión ante el equipo madrileño. Tampoco estarán los lesionados
Samuel y Natxo Insa, por lo que Herrera se ha visto obligado a recurrir al
filial y tirar de Antón de Vicente. El ex del Coruxo ha entrado en la
convocatoria y será el central suplente. Por lo demás, y a excepción del centro
de la zaga, donde Vila cubrirá de nuevo la ausencia de Cabral, Herrera
dispondrá de su equipo de gala, otra vez con Mario Bermejo por detrás de Iago
Aspas en la delantera.
Así, los vigueses
saltarán al césped con Javi Varas en la puerta y una línea de cuatro en defensa
con Hugo Mallo, Vila, Túñez y Roberto Lago. Oubiña y Álex López ocuparán el
doble pivote con los internacionales Augusto Fernández y Michael Krohn-Dehli en
los costados. En el frente de ataque, la pareja habitual de las últimas semanas:
Mario Bermejo y Iago Aspas.
Por su parte, el
Mallorca llega a Vigo ansioso por conseguir cortar su mala racha. El duro
calendario y las lesiones de jugadores clave han llevado a los de Caparrós a
perder sus últimos seis enfrentamientos, empañando así su gran inicio de liga.
En Balaídos tampoco estarán hombres importantes como Nunes, Javi Márquez,
Antonio López o Giovanni Dos Santos. Un equipo muy mermado por las bajas que,
en palabras de su entrenador, firma el empate en tierras gallegas para frenar la
sangría de una vez por todas.
Los bermellones, un
conjunto con ADN Caparrós –orden, intensidad y fútbol directo-, saldrán de
inicio con Aouate en portería y una defensa formada por Ximo Navarro, Geromel,
Conceiçao y Bigas en defensa. Pina y Martí en el doble pivote con Pereira y
Nsue en las bandas. Y arriba, con Víctor Casadesús como segundo punta, jugará
el israelí Hemed.
Pérez Montero, del
colegio andaluz, dirigirá un encuentro de primera necesidad para ambos equipos.
Todavía es pronto para urgencias, pero ni vigueses ni mallorquines quieren
prolongar sus últimos malos resultados una jornada más. Los celestes se agarran
a su fortaleza en Balaídos para sanar sus penas como visitante. Una victoria
que refuerce su confianza y los aleje de la zona de descenso sería la mejor
medicina para afrontar el futuro con tranquilidad.


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