 |
| RICARDO GROBAS |
Que Sergio Ortega era un futbolista diferente ya lo intuíamos mientras militaba en el Real Club Celta. El central cántabro no respondía al perfil de jugador de fútbol en el que si encajaban la mayoría de sus compañeros. De carácter reservado, Ortega prefería vivir en una zona de la periferia, con poco glamour, a su llegada a Vigo instalándose en un piso cercano a la Calle de Fragoso. El Celta, que no contaba con él, rescindió su contrato en febrero de este mismo año, después de no entrar en los planes de Herrera desde aquel partido de promoción de ascenso en Granada.
Ortega, precavido como pocos, se quedó en Vigo hasta el final de ese mes de febrero porque ya había pagado el alquiler del piso, y en el mes de marzo regresó a su Torrelavega natal donde ha vivido, y vive, actualmente. Alejado de los focos del fútbol más mediático, Ortega ha dedicado estos meses a su familia y a sus amigos, pero no se ha olvidado del fútbol. Eso sí, cumplió aquella promesa que se había hecho a sí mismo de alejarse del fútbol de élite y dedicarse al fútbol amateur, aquel que le permita disfrutar sin presiones. Desde hace un mes se entrenaba con el Bezana, con la posibilidad de regresar a la competición en Tercera División.
Dicho y hecho. El pasado viernes cerró su fichaje con el Centro Deportivo Bezana, un humilde club que milita en el grupo cántabro de Tercera División, categoría en la que ha jugado las dos últimas décadas. Santa Cruz de Bezana es una pequeña localidad de poco más de 10.000 habitantes, situada entre Santander y Torrelavega. El debut de Ortega se produjo ayer mismo, en el Estadio Municipal de la localidad cántabra y con el Gama con el rival. Ortega no necesitó periodo de adaptación y ya comienza a marcar diferencias en la categoría anotando el solitario tanto de la victoria para su nuevo equipo, que ahora es sexto en la clasificación, a tan solo tres puntos de los puestos de promoción de ascenso.
0 comments:
Publicar un comentario