Herrera tiene que atreverse


Foto: Ricardo Grobas
Si algo se le puede echar en cara a Paco Herrera a lo largo de las algo más de dos temporadas que lleva entrenando al Real Club Celta es esa extraña reticencia para importar jugadores de las categorías inferiores celestes e insertarlos en el primer equipo. La nómina es baja, especialmente si la comparamos con Eusebio Sacristán. Desde verano de 2010, momento en el que el técnico catalán aterrizó en Vigo, solamente dos futbolistas del Celta B han ascendido a la primera plantilla para quedarse: Álex López y Sergio Álvarez. A ellos se unen otros nombres como los de Jonny, Víctor Vázquez, Jota, Mateo y Víctor Fernández, quienes también jugaron a las órdenes de Herrera, pero cuya presencia fue testimonial con la intención de solventar una eventualidad.
   
Desde Casa Celta se presume constantemente de A Madroa y de un modelo de cantera que ha ayudado al equipo a ascender a Primera División. Los números son incuestionables: diez jugadores con ficha del primer equipo proceden de la factoría de Candeán. Sin embargo, a la gran mayoría de ellos les llegó la oportunidad de dar el salto gracias al atrevimiento de Eusebio, no con Paco Herrera. A este último debe de atribuírsele el mérito de haber transformado a esos futbolistas en jugadores de Primera División. El mejor ejemplo es el de Iago Aspas cuya evolución ha sido meteórica desde la llegada del catalán. No obstante, se echa en falta algo más de valentía a la hora de subir canteranos, quizás la decisión más osada. Cierto es que en la máxima categoría resulta más difícil, pero se está demostrando que Herrera tiene material de sobra para trabajar.
   
El pasado miércoles, en el encuentro que enfrentó al Celta y al Club Deportivo Lugo, los Antón de Vicente, Jonny, Añón, Yelko Pino y compañía demostraron que merecen una oportunidad con el primer equipo en un futuro no muy lejano. Tanto en el Celta B como sobre todo en el Juvenil División de Honor parece haber futbolistas de sobra para llenar la primera plantilla en el plazo de un par de años. Así lo ha manifestado Herrera y debería cumplir con su palabra. Madinda o Jonny son hombres que ya podrían ser futbolistas del primer equipo con pleno derecho este año y otros como Rubén o Antón de Vicente quizás el curso siguiente. Para más adelante, o quién sabe si antes, quedarán los Yelko Pino, Santi Mina, Borja Fernández o Jordan, jugadores todos ellos que apuntan un gran futuro para un equipo Juvenil División de Honor, con ganas de repetir los éxitos de hace cuatro temporadas.
   
Herrera tiene que atreverse. Si el Celta realmente es un equipo de cantera debe demostrarlo con decisiones de este estilo. Muchos llamaron loco a Joaquín Caparrós cuando con tan sólo 16 años puso a jugar a un tal Iker Muniain en Primera División. Yelko Pino, quizás la gran promesa de la factoría celeste, tiene la misma edad. Además, en Balaídos deben ser conscientes de que varios de sus baluartes actuales pueden tener las horas contadas: Iago Aspas, Hugo Mallo o Álex López son futbolistas que cuentan con unas cuantas novias en el mercado y por los que seguro preguntarán este verano. Será entonces, si finalmente hacen las maletas, cuando al Celta le toque reinventarse. Y ese reciclaje debe hacerse con un ojo puesto en A Madroa.

0 comments:

Publicar un comentario