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Foto: Ricardo Grobas |
Desde Casa Celta se
presume constantemente de A Madroa y de un modelo de cantera que ha ayudado al
equipo a ascender a Primera División. Los números son incuestionables: diez
jugadores con ficha del primer equipo proceden de la factoría de Candeán. Sin
embargo, a la gran mayoría de ellos les llegó la oportunidad de dar el salto
gracias al atrevimiento de Eusebio, no con Paco Herrera. A este último debe de
atribuírsele el mérito de haber transformado a esos futbolistas en jugadores de
Primera División. El mejor ejemplo es el de Iago Aspas cuya evolución ha sido
meteórica desde la llegada del catalán. No obstante, se echa en falta algo más
de valentía a la hora de subir canteranos, quizás la decisión más osada. Cierto
es que en la máxima categoría resulta más difícil, pero se está demostrando que
Herrera tiene material de sobra para trabajar.
El pasado
miércoles, en el encuentro que enfrentó al Celta y al Club Deportivo Lugo, los
Antón de Vicente, Jonny, Añón, Yelko Pino y compañía demostraron que merecen
una oportunidad con el primer equipo en un futuro no muy lejano. Tanto en el
Celta B como sobre todo en el Juvenil División de Honor parece haber
futbolistas de sobra para llenar la primera plantilla en el plazo de un par de
años. Así lo ha manifestado Herrera y debería cumplir con su palabra. Madinda o
Jonny son hombres que ya podrían ser futbolistas del primer equipo con pleno
derecho este año y otros como Rubén o Antón de Vicente quizás el curso
siguiente. Para más adelante, o quién sabe si antes, quedarán los Yelko Pino,
Santi Mina, Borja Fernández o Jordan, jugadores todos ellos que apuntan un gran
futuro para un equipo Juvenil División de Honor, con ganas de repetir los
éxitos de hace cuatro temporadas.
Herrera tiene que
atreverse. Si el Celta realmente es un equipo de cantera debe demostrarlo con
decisiones de este estilo. Muchos llamaron loco a Joaquín Caparrós cuando con
tan sólo 16 años puso a jugar a un tal Iker Muniain en Primera División. Yelko
Pino, quizás la gran promesa de la factoría celeste, tiene la misma edad.
Además, en Balaídos deben ser conscientes de que varios de sus baluartes
actuales pueden tener las horas contadas: Iago Aspas, Hugo Mallo o Álex López
son futbolistas que cuentan con unas cuantas novias en el mercado y por los que
seguro preguntarán este verano. Será entonces, si finalmente hacen las maletas,
cuando al Celta le toque reinventarse. Y ese reciclaje debe hacerse con un ojo
puesto en A Madroa.
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