Con más ilusión que cautela


JOSÉ LORES
Nada es imposible y el celtismo lo sabe. Por eso no descarta que el sábado el Celta pueda sorprender al Real Madrid en el Bernabéu. Y para ello, unos 1.200 aficionados (de los que casi un millar ya tienen retiradas sus entradas de la Federación de Peñas) unirán sus garbantas y su ilusión en la capital para empujar al conjunto de Paco Herrera en lo que sueñan que sea una nueva gesta del celtismo. Asumen el sufrimiento, pero se atreven a soñar.

Más de mil aficionados del Celta ya tienen en su poder las entradas que les dan derecho a presenciar el partido entre el conjunto vigués y el Real Madrid en el Santiago Bernabéu. El Celta se prepara para vivir una de esas citas importantes de su condición de equipo de Primera. Para vivir una de esas tardes de fútbol que todo futbolista sueña con protagonizar y que todo aficionado sueña con celebrar, con más o menos pasión y con más o menos sufrimiento.

Y de eso, de sufrimiento, el celtismo tiene un máster. Pese a todo, la Federación de Peñas ha vendido 1.200 entradas para el choque en tierras madrileñas y ayer ya había repartido más de mil. Los aficionados tendrán todavía hoy y mañana para retirar sus billetes en horario de 17.00 a 20.00 horas en la oficina que la Federación de Peñas posee en el estadio de Balaídos.

Los aficionados fueron retirando sus entradas a cuentagotas durante la tarde de ayer. Alguno, como Samuel Losas, se llevaba cinco billetes y ninguno era para él. "Son para cinco amigos. Yo no puedo ir por trabajo", se lamenta. Sus amigos, de Valga como él, ya tenían programado este desplazamiento desde el inicio de la temporada. Pese a todo, Losas no se perderá el encuentro. "Yo con un 0-1 ya me conformo", decía antes de abandonar Balaídos.

Gonzalo Álvarez viajará en coche hasta Madrid con dos amigos y allí se encontrará con su primo, que "viene expresamente desde Dublín para ver el partido", indica. Álvarez conserva muy buenos recuerdos de su última visita al Bernabéu. "Fui a ver el partido aquel en el que ganamos por 2-3 con un gol fantasma de Canobbio", rememora.

Ahora confía que la historia vuelva a repetirse y no descarta en absoluto poder regresar con el triunfo. "A ver si podemos dar la sorpresa. La ventaja que tenemos es que nosotros vamos frescos y a ver qué pasa. Yo me conformo con un 1-2, y gol en el último minuto", bromea. El esfuerzo del viaje habrá valido la pena si al final el Celta consigue puntuar en el Bernabéu. "La idea inicial era ir y venir en el mismo día, pero ya no quedaban plazas en los autobuses y entonces me llevo el coche y dormiremos en un hostal para regresar el domingo a casa", relata el seguidor.

Por su parte, Iván Rodríguez y Marcelino Penide se acercaron ayer hasta la Federación de Peñas para llevarse las siete entradas que tenían reservadas. Viajarán en grupo. Iván Rodríguez ya se había desplazado con el Celta "en las finales de Copa" pero para Marcelino es el primer desplazamiento que realiza para animar a la escuadra celeste fuera de su feudo. Su ilusión es poder estrenarse con una victoria, pero anuncia que "por lo menos me gustaría que el equipo de buena imagen y vamos con mucha ilusión de poder conseguir la victoria", anuncia.

El Celta no estará solo en el Bernabéu. Más de 1.000 gargantas cantarán A Rianxeira en el feudo madridista para arropar al conjunto de Paco Herrera en una de esas citas con mayúsculas en su regreso a Primera.

Diego Lago acudió a la oficina de la Federación de Peñas, en Balaídos, para retirar tres entradas. Irá con amigos a un encuentro que ya ha vivido en más de una ocasión. "Los recuerdos que tengo de mis visitas al Bernabéu no son del todo buenas", se lamenta este socio del Celta, que se muestra cauto ante las opciones del equipo de Paco Herrera en el estadio madridista. "Con no perder por más de dos goles de diferencia ya regresaría satisfecho", añade el vigués, al que no le agrada la ubicación en la grada. "Nos han puesto en un anfiteatro, al fondo. No es buen sitio, pero había que ir", zanja.


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