Park y el trivote


Foto: Jorge Santomé

Por la cabeza de Herrera probablemente haya pasado muchas veces una pregunta durante esta semana. La utilización del comúnmente conocido como trivote es algo que seguro está haciendo dudar al técnico catalán. La experiencia a domicilio aconseja su uso, pues proporciona al equipo una mayor solidez en el juego cuando actúa lejos de Balaídos. La primera mitad de Anoeta y los últimos minutos de Mestalla, ya sin Natxo Insa sobre el césped, han sido los peores momentos del Celta en lo que llevamos de temporada. Un denominador común que incita a pensar que no tocará en Granada lo que ha salido bien. Mejor dicho, lo que ha salido bien a medias.
   
Y es que el buen juego desarrollado por el Celta en Valencia, y durante algunos instantes en San Sebastián, ha coincidido con una palmaria falta de mordiente. Los vigueses dominan, mueven a su rival, pero no terminan de concretar su fútbol en oportunidades, algo que sí parecen capaces de hacer en Balaídos con un sistema más directo como el 4-4-2 (o en su defecto el 4-2-3-1).
   
Con un once prácticamente definido, la duda es si Herrera apostará por Park o por Natxo Insa, o lo que es lo mismo, si habrá o no trivote. La opción del coreano es mucho más arriesgada, pues supone dejar el centro del campo en manos de la pareja Oubiña-Álex López ante un equipo que, por necesidad y por su condición de local, lo lógico es que salga a hacerse con el control del juego. Pero también ofrece más consistencia en la delantera y permite explotar una baza muy interesante como el contraataque. Por su parte, la entrada de Natxo Insa y el adelantamiento de Álex López a funciones de mediapunta concedería al Celta más dominio del balón, mucha movilidad en la medular y mayor solidez defensiva, pero también limitaría la presencia en ataque y obligaría en muchas ocasiones a Iago Aspas a buscarse la vida en solitario.
   
Ambos sistemas tienen sus pros y sus contras. Herrera, quien en una entrevista a la televisión coreana afirmó que Park sería titular en Granada, parece que ahora no lo tiene tan claro. Un ensayo como el de ayer, donde trabajó con tres centrocampistas en el partidillo, así lo demuestra. No obstante, el técnico catalán también sabe que el Granada no es el Valencia y que quizás la visita a Los Cármenes requiera de una mayor osadía que el viaje a Mestalla. Lo que está claro es que la duda se mantendrá hasta el último momento y probablemente también durante varias semanas.

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