Javi Varas de récord: seis postes en tres partidos


ALBERTO LIJÓ

El Celta ganó el sábado sus primeros puntos de la temporada. Su triunfo sobre Osasuna, colista con cero puntos como el Espanyol de Pochettino, fue un balón de oxígeno para un equipo y una afición que empezaban a angustiarse por el arranque de su equipo.

Un inicio que podría haber sido mucho peor, a la luz de cómo se han desarrollado los tres partidos que han disputado hasta el momento los de Paco Herrera. Los dos primeros se saldaron con sendas derrotas ante Málaga y Real Sociedad y el tercero, con triunfo ante Osasuna. Una victoria, la lograda ante los rojillos, que pudo torcerse si los de Mendilíbar hubieran tenido sólo un poco de fortuna.

Porque en el primer tiempo Joseba Llorente mandó al travesaño un balón cuando el 0-0 todavía campeaba en el marcador. Si su cabezazo hubiera encontrado acomodo en las mallas, el 0-1 podría haber dibujado otro desenlace, un fatal desenlace para la suerte viguesa.

Javi Varas, meta del Celta, siguió con la mirada el balón hasta que éste se estrelló en su travesaño. Ni se inmutó. Aunque sólo sea por la fuerza de la costumbre. Sí, porque el 'maderazo' de Llorente no era el primero que sufría el Celta en lo que llevamos de temporada. Ni el segundo. Ni el tercero... No. El de Joseba Llorente era el ¡sexto! remate de delanteros rivales a la madera del Celta. Y esto, en sólo tres partidos de Liga.

El conjunto celeste inauguró la temporada oficial recibiendo al Málaga en Balaídos. El resultado final, un 0-1 firmado por Fabrice, que con ese tanto se convirtió en el más joven goleador de la historia del campeonato.
El delantero malacitano, sin embargo, podría haber aumentado su leyenda si la portería hubiera sido un poquito más grande. Porque hasta dos veces remató Fabrice a la madera del marco de Javi Varas, 'suerte' que repetirían los delanteros locales ante la meta de Willy Caballero, por cierto.

Siete días más tarde, el Celta repitió, corregida y aumentada, su fortuna. En esta ocasión, el escenario fue Anoeta. Y el rival, la Real Sociedad. Primero Agirretxe, después Ansotegui y por último Griezman vieron cómo sus remates iban a morir a ese imán que parecen tener los palos de la portería cuando Javi Varas se pone debajo. Cuando De Lucas adelantó al Celta en el marcador muchos vieron cómo las 'meigas' sobrevolaban el estadio donostiarra, pero un doble 'txitxarro' de Agirretxe las envió de vuelta a Galicia.

Y el sábado le tocó el turno a Joseba Llorente. Cuando el delantero osasunista casi levantaba los brazos para festejar el que habría sido 0-1, vital para un equipo necesitado como Osasuna, se frustró al ver el balón yendo a morir al travesaño de Javi Varas. Un meta que, seguro, sonrió para sus adentros pensando que en apenas un par de meses se ha ganado el favor de las meigas...

Mundo Deportivo

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