Dehlicatessen


ALBERTO LIJÓ 
Se suele decir que un amor se olvida con otro. Algo así le está pasando al celtismo con Orellana y Krohn-Dehli. Por supuesto que nunca olvidaremos a Orellana y lo que dio al celta, pero no es menos cierto que el danés está enamorando a la afición de un modo tan espectacular que ya nadie se acuerda del chileno. Y, sin entrar en comparaciones, no es menos cierto que el año pasado a estas alturas aún no nos habíamos enamorado de Orellana, pero si lo estamos, o eso parece, del danés. 

Michal Krohn-Dehli llegó a Vigo con la liga comenzada y debutó en la segunda jornada ante la Real Sociedad. En aquel partido dejó detallitos de su calidad, apenas retazos de lo que podía dar después de dos entrenamientos con el Celta. Tiempo insuficiente, pero su evolución comenzó a verse ante Osasuna, donde ya dejó destellitos, y ante el Valencia, con más tiempo para adaptarse a la ciudad y al vestuario, el danés se convirtió en el mejor de los celestes en Mestalla. No marcó, pero llegaba para empujar el disparo de Cabral. 

Pero su definitiva explosión llegó ayer ante el Getafe. El danés destapó el tarro de las esencias y dejó al descubierto un buen puñado de exquisitices que le convirtieron, probablemente, en el mejor jugador del partido. El danés dejó para la estadística dos asistencias de gol, que pudieron ser tres si Mario Bermejo estuviese inspirado en el último minuto de la primera parte. Pero además dejó para el recuerdo una serie de recursos técnicos que enamoraron a Balaídos. Especialmente destacable es un control de balón tras un pase en diagonal de Augusto, ya con el marcador a favor, el danés "pinchó" el balón con su pierna derecha y lo dejó caer manso para proseguir su carrera. Su disparo fue flojo. 

Tal vez sea eso lo que hasta ahora se le echa de menos, un poco más de contundencia en el disparo. En el momento que logre unir esa suerte a su repertorio estaremos hablando de uno de los mejores hombres de banda de la Liga. Un jugador capaz de combinarse con sus compañeros, con capacidad para regatear, con velocidad y desborde. Lo tiene todo para ser uno de los grandes fichajes de esta temporada. Y solo costó 1 millón de euros, bastante barato para ser una dehlicatessen.

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