Por fin. Después de un lustro de sufrimiento y penuria tanto
deportiva como económica, Balaídos volverá a vivir un partido de la máxima
categoría del fútbol español. El vetusto coliseo vigués eleva el telón de esta
nueva temporada en Primera División. Al igual que en el anterior regreso, el
Málaga CF será la primera piedra de toque de un Celta motivado y confiado en
que este retorno a la élite no sea efímero. Arrancan nueve frenéticos meses de
competición cargados de emoción para una parroquia celeste deseosa de volver a
codearse con los grandes. La hinchada se ha reenganchado al equipo y parece
decidida a no dejar solos a los suyos en esta complicada travesía. Un camino
arduo y difícil, como todos aquellos que han recorrido los celestes en sus casi
90 años de historia, pero cuya recompensa merece la pena. A partir de mañana a
las 19h, los olívicos tratarán de hacer malo ese refrán que dice: “lo bueno si
breve, dos veces bueno”. El Celta vuele a casa, a aquella en la que ha residido
durante 46 campañas, y lo hace para quedarse.
Herrera dispone de
todos sus futbolistas para afrontar el duelo ante los malacitanos. Natxo Insa,
recuperado, y Túñez, recién llegado de la selección, apuntan a una titularidad
que también parece reservada para el último fichaje celeste, el argentino
Augusto Fernández, con quien el técnico prefiere contar de partida. Variará
Herrera el 4-2-3-1 de la pasada temporada en pos de fortalecer el centro del
campo con un trivote cuyo vértice será ocupado por Álex López, el canalizador
del juego céltico. En ataque, Aspas es indiscutible, mientras que De Lucas y
Toni se disputarán una plaza en el flanco izquierdo. Jota, Abalo, Jony y
Madinda se han quedado fuera de la convocatoria por decisión técnica.
Así pues, los
locales formarán con Javi Varas en portería; línea de cuatro defensas con Hugo
Mallo y Roberto Lago en los flancos y Cabral y Túñez en el centro de la zaga;
Oubiña y Natxo Insa en el doble pivote, con Álex López ligeramente adelantado;
y arriba Augusto Fernández y De Lucas en los extremos con Iago Aspas como
referencia ofensiva.
En frente aguarda
un Málaga que viene de vivir una pretemporada convulsa. Lo que terminó el curso
pasado como el mayor éxito deportivo del conjunto andaluz, lo comienza este
inmerso en una crisis institucional de gran calado con consecuencias
importantes en el plano futbolístico. Jugadores importantes como Cazorla o
Rondón han abandonado ya la disciplina de Manuel Pellegrini, mientras que otros
hombres como Maresca o Toulalan parecen más fuera que dentro del equipo.
Además, si a dichas salidas se le añaden la falta de refuerzos, nos encontramos
con una escuadra muy mermada y que en apenas tres días se juega gran parte de
su futuro en la ronda previa de la Champions League.
No obstante, haría
bien el Celta en no fiarse del complicado momento que atraviesa un conjunto
repleto de futbolistas de calidad, con capacidad de sobra para dominar el
partido y muy peligroso a balón parado. El chileno Manuel Pellegrini saldrá de
inicio con Caballero bajo palos; defensa de cuatro con Gámez, Demichelis,
Wellington y Monreal; Toulalan y Maresca como mediocentros; Joaquín, Isco y
Portillo en la mediapunta; y arriba Seba Fernández. El brasileño Julio Baptista
es la principal baja de un Málaga que busca una victoria balsámica para calmar
la tempestad.
Del Cerro Grande,
un viejo conocido de épocas pasadas, dirigirá el primer encuentro de la
temporada en la Liga BBVA. El Celta, con la ilusión y la juventud por bandera,
buscará los 3 primeros puntos de la campaña ante un rival de postín. Se espera
que alrededor de 20.000 aficionados se den cita en Balaídos para presenciar la
vuelta a casa de un histórico, el Real Club Celta de Vigo. Sin duda habrá
momentos para sufrir y otros para disfrutar, pero como suele decir Rafa Nadal: “hay
que disfrutar sufriendo”. Arranca el sueño de Primera.


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