Así no


JUAN HERRERO / EFE

No se vio la mejor versión del Celta en San Sebastián. Ese equipo compacto, dinámico, seguro en defensa y con peligro en ataque que mereció la victoria tan sólo siete días antes frente al Málaga no hizo acto de presencia sobre el césped de Anoeta. Al margen de los primeros minutos del segundo tiempo, donde los de Paco Herrera sí mostraron una buena imagen, el resto del encuentro fue una demostración de lo que no se debe hacer si lo que se busca es tener éxito en esta nueva andadura en Primera División. Sin ideas en ataque y por momentos desarbolados en defensa, los vigueses fueron justos merecedores de una derrota que no debe encender las alarmas, pero sí servir de aviso para el futuro. Así no.
   
Desde el minuto 1 de encuentro, los donostiarras estuvieron más intensos, más concentrados y con esa chispa de velocidad que les hizo ganar todas las disputas. Con un patrón futbolístico muy simple fueron capaces de encerrar a un Celta al que le salvó la falta de puntería de los locales. Tanto Carlos Vela como Xabi Prieto se cansaron una y otra vez de encarar a los laterales celestes, muy desafortunados en el día de ayer. Tampoco ayudaron las escasas coberturas realizadas por una pareja de mediocentros que no tuvo su mejor tarde. El Celta se cansó de correr detrás del balón, de achicar centros y más centros en busca de un Aguirretxe que complicó mucho la vida a Túñez y a Cabral y cuando recuperaba el esférico sólo Iago Aspas proponía algo diferente. Urgía una reacción al descanso.
   
Y la tuvo el Celta. Los primeros ocho minutos de la reanudación fueron una auténtica metamorfosis. Los de Herrera salieron a por todas y embotellaron al conjunto vasco en su área. Tras un par de claras oportunidades, el gol llegaría con una maravilla de Iago Aspas y Quique De Lucas, los futbolistas vigueses más activos en el día de ayer. Sin embargo, y cuando parecía que la nave se había reconducido, regresaron los problemas.
   
Una buena jugada de Griezmann, quien contó con la colaboración de una pasiva zaga celeste, desembocó en el empate de Aguirretxe. Poco después, una mala acción defensiva de Augusto y una indecisión entre Cabral y Túñez propició el segundo gol del ariete donostiarra y la consumación de la remontada. En dos chispazos, en dos errores defensivos, el Celta había echado por la borda toda la buena fortuna de la que dispuso en el primer acto y los buenos minutos con los que contó en la reanudación. Se dejó remontar en un claro síntoma de falta de madurez que con el paso de las jornadas seguro que se va a corregir. Cuando has jugado tan mal, el rival te ha perdonado la vida y en una de tus pocas aproximaciones has conseguido ponerte por delante, debes aferrarte al triunfo como sea. El Celta no supo dormir el partido.
   
Dos partidos y dos derrotas es el balance que arroja este inició de liga para el conjunto dirigido para Paco Herrera. Números que seguro que incitarán al pesimismo y al nerviosismo a aquellos más impacientes. La realidad dice que aún restan 36 jornadas. Seguro que el Celta irá a más, tanto futbolísticamente como a nivel de madurez. El equipo está todavía en plena fase de adaptación a la categoría y eso conlleva pagar un peaje en forma de derrotas. En el lado positivo, Aspas ha demostrado que es un futbolista de Primera División, De Lucas ha vuelto a corroborar su buen nivel de forma en los inicios de temporada y tanto Krohn-Dehli como Augusto Fernández han dejado detalles que invitan al optimismo sobre su futuro. El sábado, en Balaídos y ante el Osasuna, hay que empezar ya a sumar, donde a buen seguro que el Celta ofrecerá una imagen muy distinta a la de ayer en Donosti.

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