Uno de los grandes objetivos de Paco Herrera de cara a esta temporada es el de recuperar a Dani Abalo. El arousano se marchó en el mercado invernal a Tarragona, deprimido ante la falta de oportunidades y con una falta alarmante de confianza en su propio juego. En el conjunto catalán recuperó en parte su autoestima, se hizo con la titularidad y solo unos incómodos problemas físicos le impidieron disfrutar de más minutos en la recta final del campeonato, aún así, cuando estuvo pleno dejó buenos momentos, como su partido ante el Deportivo, donde se convirtió en un auténtico quebradero de cabeza para la zaga de Oltra.
Regresó a Vigo con la intención de quedarse, de competir por un puesto en Primera División. El arousano no quiere volver a salir cedido, no ha quedado muy satisfecho con la experiencia, tiene claro que su sitio es el Celta. Es imposible discutir su amor por los colores, quiere al escudo como pocos, aunque otros seas mucho más expresivos a la hora de mostrar su sentimiento. Su cesión debe ser positiva, más por cuestiones mentales que deportivas. Todos sabemos lo que puede llegar a dar de sí el canterano y la gran prueba de Abalo es que vuelva a darlo, que vuelva a ser aquel que sembraba el pánico de las defensas rivales cuando vestía la camiseta del filial.
Ayer volvió a tener su oportunidad. Salió de cara, formando en la delantera con De Lucas, Bermejo y David. Sus primeros minutos fueron buenos, lo que nos había acostumbrado hace años. Es un futbolista que está siempre atento al juego, que se implica, que participa muchísimo. Cuando Abalo está fresco, suele estar casi siempre en contacto con el balón. Además trabajó muchísimo en defensa, recuperando balones inlcuso en zonas alejadas de su posición de referencia. Eso sí, le faltó completar una primera parte buena, ya que fue languideciendo con el paso de los minutos.
Esto no ha hecho más que comenzar y Abalo se encuentra ante su gran prueba, la de convencer a Herrera para Primera División. No lo tendrá fácil, porque los fichajes que suenan le restarán minutos y oportunidades. Son jugadores que, a priori, mejoran lo que nos puede dar, pero está todavía a tiempo de revertir la situación y ponerse a la altura de ellos. Herrera le va a dar oportunidades, casi nunca se las ha negado a nadie. Él quiere quedarse, Herrera quiere recuperarlo y la afición sueña con ver a ese canterano que nos volvía locos no hace mucho. Solo falta que supere la prueba.
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