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Solo un gallego en la Roja, más pendiente del botiquín que de la pelota. Juan José García Cota, médico de la selección y del Celta, participó ayer del triunfal recorrido por palacios, calles y plazas de Madrid. Cota añade también este Europeo, primero de su currículo, al Mundial en el que ya había participado. Alegrías que suma a la del ascenso céltico, que tuvo que vivir desde la distancia. Resume tal aluvión de sensaciones: "No puedo pedir más. Ha sido un año fantástico. Ya lo fue 2010, con el Mundial, que creía que resultaría insuperable. Pero esto lo mejora". Lo que está viviendo refuerza sus particulares convicciones: "Yo creo en los sueños. Y en que se seguirán cumpliendo".
Mes extenuante para Juan José García Cota, aunque la concentración de la selección española haya estado escasa en lesiones. El médico estradense gastaba ayer sus últimas energías en el completo plan de celebraciones de la Roja. Hoy vuelve al fin a su hogar en Pontevedra. Su familia no viajó a Kiev, como sí sucedió con la de los jugadores y otros miembros de la escuadra. Arde en deseos de abrazar a sus hijos. "La verdad es que ya tengo muchas ganas", confiesa. Aunque no se concederá demasiado descanso. "Tengo pacientes que atender", asegura. Pronto, además, regresa al trabajo la plantilla del Celta y él reasumirá la función de jefe de los servicios médicos. Entre medias se permitirá "cinco días de vacaciones".
Y aunque no existe reposo en su agenda profesional, a fuerza tendrá que encontrarle huecos. Comprometió tres peregrinaciones al santuario de la Virxe dos Milagres, en Amil, si el Celta regresaba a Primera División. Y otras tres si España renovaba el título de la Eurocopa. "Las promesas hay que cumplirlas", se reafirma y pormenoriza el contenido de esos compromisos. Hará el recorrido "cuatro veces en bicicleta y dos a pie".
Difícil analizar el torneo tan a bote pronto. Cota avanza, no obstante, que nadie pensó jamás en resolver la final de forma tan contundente: "Era impensable. Muchas circunstancias influyeron para que se produjese semejante marcador". Como clave del triunfo elige sin dudarlo "la fortaleza del colectivo, que ha sabido superar momentos difíciles y tensos". Devoto de Del Bosque, de la paz que el seleccionador contagia a todo su grupo de trabajo, Cota entiende que la solidaridad "ha sido esencial para superar todos los obstáculos que hemos tenido a lo largo del campeonato".
Armando Álvarez / Faro de Vigo
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