El Celta B, abocado a la Tercera tras 11 años y plagado de bajas


M. MORALEJO
El Celta B empezó a entrenar ayer con una plantilla prácticamente nueva (solo continúan 8 jugadores del año pasado) y a la espera de algunos jugadores lesionados, Pichi Lucas cree que «será difícil luchar por el ascenso. Han vuelto chicos que han estado cedidos y muchos jugadores son nuevos. Todavía tenemos que hacer el equipo. Luego ya veremos nuestras posibilidades».

Como estaba previsto, el equipo de Pichi Lucas disputará la Tercera División finalmente, tras hacerse oficial que el Ucam Murcia compra la plaza en la categoría de bronce. Un paso atrás que el equipo afronta «como es normal, con ganas e ilusión». Tras once años en Segunda B, el filial celeste se enfrentará la próxima temporada a rivales de entidad, como Pontevedra, Ferrol, Compos o Depor B, que el entrenador considera «equipos de Segunda B».

Pichi Lucas prefiere no hablar de ascenso todavía a la espera de potenciar el equipo. «La idea es competir en igualdad de condiciones con los que van a estar arriba. Pero es una categoría muy difícil, con equipos experimentados, de perfil de Segunda B», dijo el entrandor del Celta B que podrá contar con Jonny Castro para el lateral derecho.

El jóven defensa vigués alternará entre el primer equipo y el filial esta temporada, según las necesidades de Herrera. Víctor Vázquez, que pedía como condición de su continuidad seguir en Segunda B, no se presentó al entrenamiento y está pendiente de su futuro que parece estar lejos de Vigo.

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