Los actores secundarios...


Foto: Champy


























“Hay días en los que no te apetece salir de cama, en los que ir hasta la Madroa se hace eterno. Días de niebla y frío, días de viento y lluvia…o simple y llanamente, días que pasan, sin más.”

Intento ponerme en su lugar, vislumbrar los sueños y anhelos de aquellos que poco a poco han ido perdiendo su luz. Son futbolistas, sí, unos privilegiados. Pero no juegan todo lo que quisieran…y eso apaga su sonrisa.

En una fantástica temporada en la que el Celta está agotando todos los adjetivos calificativos del diccionario, la felicidad no es completa para todos los integrantes del vestuario. Ellos son “los actores secundarios”.

Quizás es también culpa nuestra, de la afición, el no saber valorar convenientemente el esfuerzo, derroche y entrega de los que ocupan el banquillo semana tras semana.

Ellos son parte importante de esta plantilla. Sin ellos, los 11 habituales no tendrían ningún sentido… Sí, es muy fácil alabar los goles de Aspas, los pases de Alex López o las galopadas de Hugo Mallo, pero no debemos olvidar el enorme trabajo de gente como Bustos, Vila, Insa, Bellvis o David Rodríguez.

Y cerrando los ojos, es en él, en el dorsal 18, en el que quiero escudriñar en lo más profundo de su alma. Sus ojos delatan tristeza. Los últimos meses han sido aciagos para él. Una serie de lesiones y la irrupción de un genial Aspas lo han dejado sin sitio en el once titular.

Pero, David tiene ante sí una oportunidad única. Cierro los ojos y puedo llegar a verlo:

Domingo, 27 de mayo de 2012. Penúltima jornada de Liga…
Son las 21:25 en el Nou Estadi. Después de un caluroso día, los ánimos de los 1700 celtistas que se han dado cita en Tarragona están a punto de apagarse. El Valladolid está perdiendo en Alcorcón y nuestro equipo, el Celta no es capaz de encontrar la vía de entrada en la poblada defensa del Nástic. La sombra del empate se cierne sobre el partido y con ello, se desvanece la oportunidad de que el ansiado ascenso a Primera tenga lugar en este fin de semana.

La afición celeste no ha dejado de animar en todo el partido, sobre todo al número 10, un eléctrico Aspas que llega tocado después de haber sufrido problemas musculares en el agónico y titánico partido anterior contra el Xerez.

Es el minuto 25 de la segunda parte y Iago pide el cambio. Le sustituye David Rodríguez, que todavía sufre dolores en su rodilla derecha debido a un reciente esguince. Pero sale al campo con un sprint que arranca los aplausos del celtismo allí congregado.

Él es consciente de que el fútbol de toque del Celta le va a conceder una oportunidad y esta vez no piensa desaprovecharla. Él, que en su día fue el máximo goleador de la Eurocopa Sub-17, sabe que el instinto innato que tiene para rematar las jugadas nunca se ha ido. Y así, en un centro desde la banda de un enorme Toni Rodríguez, consigue el 1-2 final que devuelve al Celta a Primera, al lugar del que nunca debió haber salido.

El héroe del partido, el goleador David Rodríguez no es un desconocido para la afición. Al fin y al cabo, ya han celebrado anteriormente sus 35 goles con la camiseta celeste en 98 partidos. Y la aportación del talaverano no se queda ahí, porque a sus dianas le acompañan también un total de 9 asistencias de gol.

No es gallego pero se siente como tal. Celebra cada gol de Celta como si hubiese nacido en Fragoso o Castrelos…y por ello, desde aquí, quiero darle ánimos para que vuelva a ser el de siempre y ponga otro granito de arena para que nuestro sueño, y el de suyo propio, se hagan realidad.

@braisinhoalonso








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