El agosto de los "vendebolis"

El posible ascenso del Celta no solo ha despertado el interés de aquellos que viven por y para la fiesta, sino también de aquellos que ven en este partido una posibilidad de negocio. Las entradas se agotaron en un tiempo récord y la demanda supera ampliamente la oferta. Como siempre, algún aprovechado intentará sacar tajada, y posiblemente lo logre, gracias a la reventa. Los clásicos estarán el domingo por Balaídos intentando captar alguna mirada desesperada para abalanzarse sin piedad sobre su presa, y otros, con más jeta, se dedican a la industria del boligrafo, una argucia legal para evitar cualquier tipo de problema. 

No sabemos como afectará esto a la prima de riesgo, pero el precio de los bolígrafos se está disparando por momentos, llegando a alcanzar cifras de hasta 120€. Eso sí, a cambio regalan un par de entradas para el Celta - Córdoba. Un accesorio, ya que lo realmente importante es el bolígrafo. Recordad que si el boligrafo es naranja, la estafa es fina, y si es azul, es normal. He visto un par de enlaces donde se venden estas entradas, pero he preferido no compartilos para no hacer publicidad de ninguna clase de estafa.

Dejando a un lado la socarronería, este tipo de situaciones me producen cierta impotencia. En una sociedad de consumo como la actual es inevitable que sucedan cosas así. La ley de la oferta y la demanda dicta que el precio de un bien no reside en el valor del mismo sino en la necesidad del comprador y del vendedor. En este caso, puede que haya compradores necesitados que puedan pagar un precio muy por encima del valor real del producto. Y es algo que bien se pudo haber evitado dejando simplemente las entradas a su precio normal. Al menos se reduciría en parte. 

Lo grave de este asunto es que ha habido muchísima gente que no podrá acudir al estadio por no haber tenido tiempo material de comprar o encargar la entrada. Celtistas de pro, a pecho descubierto, de los que han estado durante estos últimos años al pie del cañón y que por residir fuera o no poder estar ayer en Vigo, no tendrán acceso a Balaídos, mientras cientos de "vendebolis" se dedican a robar su sueño para ganar un puñado de euros.