Ante todo, prudencia


Foto: R. Gómez / El Norte de Castilla 
El ascenso directo del Celta depende única y exclusivamente del propio Celta. Está claro que eso es algo que todo el mundo sabe. Ha costado mucho estar en esta privilegiada situación a falta de tan pocas jornadas. Sobre todo cuando nuestro principal rival es tan bueno. Los de Paco Herrera han llegado a este tramo final de la temporada en un estado pletórico. Desde la derrota en Alicante, y obviando la media hora en Cartagena, la actitud del equipo ha sido la idónea. Varios de nuestros mejores jugadores están en un momento dulce, y el calendario nos da como claros favoritos.

Pero esto hay que refrendarlo. El Valladolid ha demostrado en estas dos últimas jornadas lo que todos sabemos: que es un equipazo. Creo que son pocos los que dudan que los tres primeros clasificados ahora mismo son los que deberían ascender. Pero tal y como está montada la categoría de plata, esto puede que no suceda así. Y hay que ser muy prudentes. Este fin de semana hemos visto como el Deportivo ha viajado a Jerez con el autobús del ascenso. Han sido muy optimistas, no al pensar en el triunfo del club herculino, sino en la no victoria del conjunto pucelano.

Porque creo firmemente que el Valladolid no va a fallar. Ni en sus dos enfrentamientos en casa ni en Alcorcón. Ojalá me equivoque, pero eso es lo que creo. Y creo que lo mejor es que todos los celtistas piensen lo mismo. Que toda la gente que viaje a Tarragona pensando que el Celta va a ascender ese día, cambie el chip. Da la sensación de que el Deportivo está flaqueando un poco, pero tiene ventaja más que suficiente para no pasar problemas. Nosotros no tenemos esa ventaja.

Estamos rozando el ascenso con la punta de los dedos. Y en Vigo se respira la sensación de que este año si toca. Pero el fútbol no es una cuestión de matemáticas. Cualquier acción tan puntual como desafortunada puede echar por tierra todo el trabajo de una temporada. Todo apunta a que la segunda plaza no se nos va a escapar. Pero hay que ir paso a paso. El miércoles hay que doblegar al Xerez. No importa lo que suceda en Zorrilla. Y el domingo, más de lo mismo en Tarragona. No olvidemos que los de Djukic tienen calidad suficiente para solventar sus compromisos. Lo bueno es que nosotros también.

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