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Foto: Ricardo Grobas |
El cielo se ha llenado de nubarrones. Lo que hace poco más
de un mes era un paisaje soleado y despejado, se ha convertido en un panorama
lluvioso con amenaza de tormenta. El Valladolid no afloja y tras vencer en la
noche de ayer al Villarreal B se sitúa ahora con cinco puntos de ventaja sobre
el Celta, aunque, eso sí, con dos partidos más. Así pues, los celestes no
pueden permitirse el lujo de claudicar en su visita a Alicante, donde espera un
Hércules renovado que tratará de aferrarse a sus últimas opciones de ascenso
directo. Cicatrizar la herida del derbi y no perder comba con un Valladolid al
alza serán los objetivos de un Celta que parece destinado a sufrir para poder
ver cumplido el sueño de la Primera División. Con el Depor ya a una distancia considerable, parece que la lucha por el
ascenso directo se reduce a olívicos y pucelanos, quienes prometen una dura
batalla de aquí a final del campeonato.
El derbi ha dejado
secuelas físicas en el seno de la plantilla viguesa. Hugo Mallo es baja por
lesión, mientras que David Rodríguez arrastró molestias a lo largo de toda la
semana que, no obstante, no le han impedido entrar en la convocatoria. La baja
del de Marín será cubierta por Oier, desplazado al lateral derecho dejando su
sitio en el centro de la zaga a David Catalá. Asimismo, Yoel, quien regresó a la titularidad
la pasada semana en detrimento de Sergio, se ha vuelto a resentir de su lesión
y no repetirá en el once para evitar una posible recaída. Otra novedad respecto
al equipo titular que se enfrentó al Deportivo será el regreso de Mario
Bermejo, lo que significa que Joan Tomás volverá a empezar el choque desde el
banquillo. Jonny y Jota, ambos con ficha del filial, completan una
convocatoria de 20 futbolistas en la que vuelve a quedarse fuera el lesionado
Jonathan Vila.
Según ha dejado
entrever Paco Herrera, el Celta saltará a la hierba del Rico Pérez con Sergio
en portería y una línea de cuatro formada por Oier, Catalá, Túñez y Roberto
Lago. Borja Oubiña y Álex López actuarán como pareja de mediocentros, con De Lucas por la derecha, Orellana por la
izquierda y Bermejo en la mediapunta. Arriba estará Iago Aspas.
Por su parte, el
Hércules llega al duelo en plena metamorfosis. Poco queda ya de aquel equipo
ultradefensivo, capaz de encajar pocos goles, pero con notables limitaciones en
el apartado ofensivo. Los de Mandiá atraviesan ahora una espectacular racha
goleadora que les ha llevado a sumar hasta 17 goles en los últimos cinco
partidos. No obstante, también han perdido gran parte de su solvencia
defensiva. Llegan al choque ante el Celta apurando sus últimas opciones de
ascenso directo. Todo lo que no sea vencer a los de Herrera les dejaría casi
sin opciones para optar a la segunda plaza.
Los alicantinos no
podrán contar con Cabrero ni con Sergio Díaz, pero recuperan para la causa a
David Aganzo. Se espera que Mandiá presente un once compuesto por Falcón en
portería; defensa para Arbilla, Samuel, Mora y Peña; Abel Aguilar y Tiago Gomes
en el doble pivote; Sardinero y Gilván en bandas, Míchel como enganche y Urko
Vera en punta de ataque.
El ascenso pasa por
el Rico Pérez. Ocon Arraiz dirigirá un enfrentamiento de carácter decisivo para
ambas escuadras. Los locales no pueden perder si no quieren decir adiós al
ascenso directo, mientras que los visitantes necesitan recuperar el triunfo
para redimirse del palo del derbi y encarar el tramo final de competición con
totales garantías. Sin duda, vencer en Alicante se antoja fundamental para un Celta
al que se le ha complicado el panorama, pero que buscará dar un golpe sobre la
mesa y seguir luchando.
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