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Foto: Alberto Segade |
No ha sido de la mejor manera posible, pero lo cierto es que el camino ya se ha despejado hasta el próximo domingo a las 12 de la mañana. La suspensión del partido de Cartagena trastoca ligeramente los planes de una semana monopolizada por el derbi, pero en la que habrá que estar atentos a lo que dictamine el miércoles el Comité de Competición. Casi con toda probabilidad, los vigueses deberán volver a tierras murcianas para disputar la media hora restante, pero lo harán siempre después del enfrentamiento contra el Deportivo, quien ya se vislumbra sin obstáculos en el horizonte. Momento ahora de análisis, pronósticos, rivalidad, pique, polémica, ilusión, euforia, pasión y sobre todo fútbol, mucho fútbol.
El derbi llega de
manera distinta para ambos equipos. El Celta es sin duda el más necesitado por
la victoria. La suspensión del partido de ayer, unido a las victorias de
Deportivo y Valladolid, ha dejado a los vigueses a 7 puntos de los coruñeses y
con sólo 1 de ventaja sobre los pucelanos. Muy atentos estarán en Valladolid de
lo que ocurra sobre el césped de Balaídos. De cumplir con los pronósticos y
vencer en el José Zorrila al Huesca, los de Djukic meterían presión tanto a los
de Oltra como sobre todo a los de Paco Herrera, a los que todo lo que no sea
ganar al eterno rival los dejaría provisionalmente fuera del ascenso directo (siempre a falta de disputar el choque de Cartagena). Tampoco se puede confiar
el Deportivo, pues de caer en Vigo quedaría a 4 puntos de un Celta con un
partido menos (y el goal-average empatado o perdido) y a 5 de un Valladolid que
tiene que visitar Riazor (suponiendo siempre que estos ganen al Huesca).
Aunque no
definitivo, un partido de este nivel sí que puede clarificar muchas cosas. Ya
dijo Herrera en la ida, con toda la razón del mundo, que un derbi son más que
tres puntos. Recordemos por ejemplo el duelo de Riazor, donde el Celta llegaba
en racha y el Dépor con dudas. La victoria de los coruñeses, en un choque en el
que los olívicos merecieron más, sirvió de punto de inflexión para los
herculinos, quienes a partir de entonces han sumado 46 puntos de 57 posibles y
se han consolidado como líderes de la categoría. El Celta acusó el mazazo y
repetiría derrota ante Hércules y Barça B, para después recuperarse y firmar
una excepcional racha que lo situaría a la zaga de su eterno rival.
Es evidente que el
Celta no va a subir a Primera ni a dejar de hacerlo por lo que ocurra el
próximo domingo. Pero sí que es verdad que una victoria en un momento tan
crucial de la temporada, ante un Deportivo líder y en un Balaídos a reventar,
elevaría a la enésima potencia la confianza de un equipo que se enfrenta ahora a
las jornadas clave del campeonato. Salir del derbi en ascenso directo, a tiro
del eterno rival -con un partido menos- y encandilando a una afición que tras
mucho tiempo volverá a llenar las gradas del vetusto estadio vigués, sería sin
duda el empujón definitivo para afrontar repletos de moral este último tramo de
la campaña.
A partir de ahora
ya no hay distracciones de por medio. De aquí al domingo nos esperan seis días
más largos de lo habitual, donde el tiempo correrá más despacio que de
costumbre y donde nos costará centrarnos en algo más que en un partido de
fútbol. Empieza la semana del derbi, la semana del partido más bonito de la
temporada, la semana de un choque apasionante y que nos ha hecho vibrar en sus
anteriores ediciones. Es hora de pensar en derbi.
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