Cuando la justicia conduce a la injusticia


Foto: Ricardo Grobas


A eso de las 17:40 del sábado se desveló el gran secreto. Sergio era el elegido por Paco Herrera para ocupar la portería celeste en Cartagena, lo que probablemente conlleve que el guardameta de la Barbanza sea el cancerbero titular de aquí a que finalice la temporada, derbi mediante. Mucho se había especulado durante la semana sobre el tema y finalmente ha sido Sergio el que se ha llevado el gato al agua en una decisión muy difícil, justa e injusta a partes iguales.
   
No lo tenía nada sencillo Herrera. Apostar por Yoel significaba ser consecuente con su decisión inicial y volver a depositar su confianza en un portero que se había consolidado en la meta celeste, pero también pasar por alto el buen rendimiento de Sergio, quien había aprovechado a la perfección su oportunidad. En cambio, elegir al de Catoira implicaba acatar la ley del fútbol, aquella que dice que lo que funciona no se debe tocar, al mismo tiempo que suponía castigar con la suplencia a un Yoel que no había ofrecido motivos para abandonar la titularidad. En resumen, una decisión imposible de encontrar un camino equitativo y plenamente justo y que, como es lógico, no iba a contentar a todos.
   
Al final el técnico celeste se ha decantado por Sergio. Quién le iba a decir al guardameta celeste el año pasado que a estas alturas de temporada iba a ser el cancerbero titular de un Celta que apunta al ascenso directo. Su permanencia en el club vigués estuvo en el aire, supeditada a una improbable renovación de Falcón que terminaría por no producirse. Lejos de acudir al mercado y traer medianías, Paco Herrera decidió quedarse con él y concederle la titularidad a Yoel. Tras permanecer toda la temporada a la sombra del de Coia, la lesión de este le ha concedido una oportunidad que ha sabido no desaprovechar.
   
En resumen, la justicia ha llevado a la injusticia, o viceversa. Herrera ha premiado a Sergio por sus méritos y “ha castigado” a Yoel sin merecerlo. No era fácil, pero se trataba de una decisión que había que tomar. Lo más importante de todo esto es que el celtismo puede estar tranquilo. Sergio ha sido el elegido, pero de haber sido Yoel también habría motivos para el optimismo. Ambos han demostrado un nivel óptimo  y las garantías suficientes como para confiar en ellos. 

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