Capitanes de Primera


Foto: Ricardo Grobas
Se suele decir que los equipos son un reflejo de sus capitanes. Si es así, el talante estará asegurado mañana en el derbi ya que tanto Oubiña como Valerón, capitanes respectivos de Celta y Deportivo, han demostrado a lo largo de sus carreras una conducta fuera del terreno de juego tan destacable como la que les llevó a ser internacionales dentro del mismo. 

Coincide además que llegan los dos grandes del fútbol gallego a este derbi con capitanes consolidados, queridos por su afición, y sobre todo, respetados por sus eternos rivales, algo que no siempre suele ocurrir. Y es que tanto Oubiña como Valerón son apreciados por el enemigo y amados por su afición. No vamos a descubrir ahora a Valerón en el terreno de juego. El mago canario ha deleitado a los aficionados desde sus tiempos en el Mallorca, cuando formó parte de aquel gran equipo conducido por Cúper, y a pesar de que su etapa en el Atlético de Madrid no fue positiva, Lendoiro pudo recuperarlo para el fútbol atrayéndolo a aquel Deportivo que peleaba de tú a tú con los grandes de España y de Europa. 

Muy entrado en años, y sin la chispa de antaño, Valerón ha sabido evolucionar en su fútbol para convertirse en un jugador letal con el balón en los pies. La toca menos que antes, abarca menos campo, pero ha sabido hacerlo en zonas más peligrosas y su efectividad no ha decrecido. Decía Lotina que al tercer partido bajaba el rendimiento, pero en Segunda no es así y en Primera habría que verlo. Además, su conducta siempre ha sido excelente, tanto en el terreno de juego como fuera, donde jamás ha dicho una palabra más alta que la otra. 

El caso de Oubiña es distinto porque triunfa en el equipo de su tierra, tras una mala experiencia en Inglaterra que le reportó una lesión que le tendría apartado del fútbol durante casi cuatro años completos. Recuperado totalmente de ella, ha puesto al servicio del Celta sus mejores cualidades y toda su experiencia para devolver al equipo a Primera División. El canterano celeste vive sus mejores momentos desde la lesión y ha recuperado un nivel muy parecido al que le hizo internacional. Y encima, con la experiencia y el saber estar que le da el poso de la veteranía. Al igual que su homólogo coruñés, Oubiña muestra un comportamiento impecable en cada una de sus apariciones y se ha convertido en el líder espiritual de este Celta que busca regresar a la categoría que su capitán se merece. 

Y es que Oubiña y Valerón son jugadores de Primera que eventualmente juegan en Segunda. Si todo sigue como hasta ahora, el año que viene la categoría de su equipo estará a su altura. 

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