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Foto: LOF |
El papel del malvado Conde Olaf lo interpretó ayer el colegiado del encuentro, el señor Vicandi Garrido, que perpetró una actuación plagada de errores, consintiendo el primer gol de los amarillos en fuera de juego, perdonando la expulsión a algún jugador canario y no señalando un posible penalti sobre Bermejo. Para rematar su actuación se inventó una falta de Roberto Lago que acabaría siendo el 2-0 tras el lanzamiento de falta de Momo. Vicandi, como Olaf, hizo todo lo posible para hacer desgraciados a los jugadores del Celta.
Pero no acabarían ahí las desgracias. Esa falta que no era y acabó en gol, lo hizo tras rebotar en la barrera y dejar a Sergio totalmente descolocado. Nada más comenzar la segunda parte, De Lucas envió el balón al palo, y unos minutos después volvió a hacerlo, con la mala suerte de que David acompañó el balón y se pasó de frenada, y el posterior rechace de Toni acabó besando la red por su exterior.
No estaba la diosa fortuna del lado del Celta después de mucho tiempo en el que solió hacerle un guiño a los de Herrera. El fútbol nos dará una nueva oportunidad el próximo sábado en Huesca, y, de todos modos, aún no estamos tan mal ahora que el Conde Olaf tardará en volver a cruzarse en nuestro camino.
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