Foto: Marta G. Brea |
Por primera vez en toda su estancia en el Huesca, a Quique Hernández se le vislumbró un punto de malestar por el resultado. 'Por el minuto en el que ha sido y por la forma, te queda mal sabor de boca porque eran tres puntos muy importantes. Hemos disfrutado de nuestros momentos y en la primera parte, con 1-0, hemos tenido el segundo. Después ha sido un partido muy largo contra un equipo como el Celta'.
El entrenador extrañó el criterio arbitral con las tarjetas, 'porque el Huesca no es un equipo que se caracterice por ser agresivo ni pegar patadas', y salió relativamente contento con la apuesta por los jugadores de calidad. 'Nos falta más continuidad y fuerza, son los problemas normales de incorporar gente en enero que no están rodados y que sale de lesiones, tenemos en el campo muchos futbolistas que necesitan ritmo de competición, eso lo da los partidos y lo estamos pagando, es la mayor dificultad'.
Quique Hernández asume que, mientras tiene gasolina, el equipo responde, y eso con un doble pivote inédito formado por Vázquez y Larena. 'Las bajas de Bauzá, Sastre y Sorribas... son mucha gente de la misma posición y nos crea dificultades, pero había que tomar decisiones, lo mejor para el equipo, y el tener el balón, con jugadores que saben jugar, nunca es una mala solución ni una mala fórmula'.
Atlántico Diario
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