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Foto: Marta G. Brea |
El partido fue una maravilla para los ojos. Ni el mejor de los guiones podía predecir un encuentro así. A Vigo llegó un equipo con mayúsculas, con jugadores de otra categoría y que con todo merecimiento fue reconocido como la mejor escuadra que ha pasado por Balaídos esta campaña. Tras una primera parte igualada, donde la pegada del Almería castigó a un buen Celta, el segundo tiempo fue una borrachera de fútbol. Los de Herrera, conducidos por un genial Álex López, desarbolaron a los de Lucas Alcaraz, encerrándolos en la cueva y haciendo vibrar a un público entregado. Además, la entrada de Joan Tomás, el eterno revulsivo, concedió a los vigueses esa pizca de brillantez que los hizo letales. Entre el gerundense y el poderío aéreo de un imperial Mario Bermejo, el resultado sonrió al Celta.
Como es costumbre,
el final llegó con sufrimiento. No obstante, hacía tiempo que el grito de
júbilo no era tan estruendoso al final de un choque. Bufandas al aire, Balaídos
recuperó el sonido de otros días, momentos en los que ser del Celta era más un
orgullo que un sacrificio. Muchos accedieron a los vomitorios repitiendo: “el
próximo volvemos”, resucitados de celtismo y maravillados tanto por el
resultado como por la manera de conseguirlo. Quizás hubiese sido mejor un 2-0,
con el que además de seguir mostrando seguridad defensiva se hubiera obtenido
el goal-average particular. Pero lo más probable es que ese marcador no hubiese
enganchado a la gente tanto como una victoria épica, un triunfo heroico cargado
de goles y emoción.
Por ello, más que tres
puntos que colocan al Celta en una posición privilegiada, lo más importante fue
el resurgir del celtismo. Grada y equipo se han dado la mano y el devenir del
encuentro ha dado motivos para que esta unión no sólo no se rompa, sino que
vaya a más. El club continuará con sus iniciativas para reclutar celtistas,
visto el éxito conseguido. Hoy han sido 16.000, pero dentro de dos semanas ante
el Numancia deberían ser algunos más. Motivos hay para ello. En tiempos
difíciles como los actuales no hay nada más bonito que enamorarse, y el Celta
está dando razones para quedarse prendado de su fútbol. Como diría Elvis Presley, I can´t help falling in love with you” (no puedo evitar enamorarme
de ti). Que dure el amor.
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